Alfio Piva Mesén es veterinario y se declara amante de los animales, pero no tiene mascotas.
En este momento está leyendo El Quijote por tercera ocasión y una de sus grandes pasiones es la cocina. El jueves anterior recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional, gracias a su labor como el “papá” (propulsor) de la Escuela de Medicina Veterinaria de este centro de educación superior y a su trabajo en la investigación y docencia.
Piva reconoció que recibe este reconocimiento, a los 84 años, como fruto del esfuerzo de toda una vida dedicada a las aulas.
Él se formó en Italia, fue llamado en 1973 para que formara la comisión creadora de la universidad y al mismo tiempo se le pidió que trabajara en la apertura de la escuela de Veterinaria. Además, fue el segundo rector de la UNA, de 1977 a 1983.
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El doctor, quien además se desempeñó como primer vicepresidente de la República, durante el gobierno de Laura Chinchilla (2010-2014), conversó largo y tendido con La Teja. De padre italiano y madre costarricense, don Alfio está casado con Ginette Rodríguez, tiene tres hijos y tres nietos.
“Yo me eduqué en el Instituto de Alajuela, pero viví en San Juan de Santa Bárbara de Heredia y en Río Segundo de Alajuela, era un poco rural y algo había que estudiar. Mi tío, que era italiano, me enviaba todas las semanas un periódico en donde se hablaba de la carrera de veterinaria, que se puso de moda en Italia y me interesó mucho.
“Eso me inspiró para cursar esta carrera, en el país había tres o cuatro veterinarios. Cuando finalicé mis estudios en el extranjero, vine a trabajar con ganadería, porque era la actividad fuerte, se exportaba una gran cantidad de carnes a Estados Unidos y después del café, la carne se hizo uno de los artículos más importantes de exportación”, destacó.
Don Alfio trabajó en Montecillos y en Dos Pinos y gracias a estos empleos estuvo en San Carlos y Guanacaste como veterinario. Luego llegó a la UCR, a la escuela de Agronomía, y así dio sus primeros pasos en el mundo universitario.
- ¿En qué momento de su vida llega este reconocimiento?
A los 84 años, es un final de trabajo de toda una vida, les agradezco me recuerden y reconozcan el trabajo realizado en estos casi 50 años.
84 años tiene el Dr. Piva.
- Se le reconoce como el propulsor de la medicina veterinaria en el país, ¿qué opina de eso?
Yo fui contratado primero para la creación de la universidad. Cuando se vino el cambio de gobierno de don Pepe Figueres a Daniel Oduber, don Daniel nombra a una amiga mía, Rosemary Karpinsky, como embajadora de Costa Rica en Israel y la sustituí en la comisión creadora de la universidad y a la vez estaba redactando el proyecto de la escuela de veterinaria.
Tatica Dios da para todo el mundo, en ese entonces tenía más o menos 36 años y uno posee mucha energía para hacer muchas cosas.
- ¿Cuántas mascotas tiene en su casa?
No soy mascotero, me gustan los animales grandes, como los caballos y las vacas, pero no tengo.
- ¿Qué hizo luego de dejar la vicepresidencia de la República?
Me dediqué a descansar, la paso en mi casa, a vivir tranquilo, porque ya es suficiente. Trabajé muchos años y ahora disfruto leer, hay muchas cosas que me quedaron sin leer, estoy disfrutando de mis años de tranquilidad, de viejito, con la familia.
No me aburro, colaboro en la cocina con mi esposa, hago mandados, me voy a un hotel, a comer rico en algún restaurante.
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- Dicen que a los nietos se les alcahuetea mucho...
Mis tres nietos están grandes y los he disfrutado muchísimo. Alfio Stéano estudia medicina, mi nieta Sofia está en Oregon, Estados Unidos y la nieta menor, Constanza está en el colegio. Son menos preocupaciones ahora que están grandes, y he viajado por todo lado con ellos.
Gracias a mi trabajo en el INBio (Instituto Nacional de Biodiversidad) tenía que andar por los lugares más reconditos de Costa Rica y me los llevaba. Así conocí todo el país.
- ¿Hay algún lugar de Tiquicia que le falte por conocer?
Conozco la frontera norte, la sur no del todo, seguramente me falte visitar algún bosque.
- ¿Cuál es su lugar favorito del país?
Los bosques de Talamanca.
- ¿Político o académico?
Ahora ni una ni otra, soy un pensionado contento.
- ¿Qué le dejó la política?
Me dejó una experiencia interesante, conocimiento de muchos rincones del país, pero se puede hacer poco.
Hice labores que me acercaron a la política, pero no fui político. Uno se da a conocer en el ámbito de la política, pero es diferente a la política electoral.
Tuve muy buenas relaciones, don Luis liberman (quien lo acompañó en la vicepresidencia) y doña Laura. Fui amigo y admirador de Rafael Ángel Chinchilla, el papá de doña Laura, él me ayudó mucho.
- ¿Se comunica con doña Laura?
Muy poco. Es una excelente persona, impecable, la admiro mucho.
- ¿La política deja amigos?
Sí, claro, deja amigos y enemigos, pero nunca he vivido en la política, siempre he sido académico.
- ¿Cómo ve al país en este momento?
De eso no quisiera opinar.