Al chancero honesto, Errol Vásquez, no dejaron de felicitarlo por vender la lotería y los chances al precio oficial de la Junta de Protección Social (JPS), además, le aumentó la clientela porque leyeron la nota que le hicimos el pasado jueves 30 de marzo.
Volvimos al punto de venta de don Errol este viernes 31 de marzo, ahí al puritico frente de tienda La Gloria en Chepe, para ver cómo le había ido después de la publicación de La Teja y de una vez lo encontramos con fila de gente, pero en esta ocasión la mitad era para comprarle y la otra para darle la mano y felicitarlo.
“Vengo a decirle que lo felicito. Fui criado en una familia como la de él, en la cual había valores bien firmes y papá no nos dejaba tocar nada ajeno. Estoy demasiado feliz de saber que todavía quedan personas honestas y con valores. De ahora en adelante sólo a él le compraré chances y lotería”, nos comentó don Vilman Rodríguez, quien nació en Limón.
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Tras nuestra publicación la misma familia de don Errol lo llamó porque hasta ese momento se dieron cuenta del gran ejemplo que es.
“Es muy lindo recibir la felicitación de tu familia. Mis hijos, mi esposa, mis sobrinos me hicieron saber que estaban orgullosos que yo venda a precio a pesar de tanta especulación”, asegura el vendedor de lotería.
De un pronto a otro en el puesto de lotería apareció don Rafael Guillén, quien trabajó 10 años con el chancero en una empresa josefina.
“Leí la nota y vine para felicitarlo y decirle que nunca he conocido alguien tan honesto como él. Siempre ha sido un ser humano lleno de valores. Puedo asegurar que todo lo que dice la nota es ciertísimo, Errol es un caballero de los de antes, honesto 100%”, afirmó don Rafael.
La gente no dejaba de felicitarlo porque este viernes 31 de marzo en particular sobraban los motivos para especular: el Acumulado está en ¢1.316.250 y para agregarle caldo a la sopa los chances son del sorteo extraordinario llamado Gran Chance y reparteb ¢440 millones.
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Don Errol no se mueve de su posición, “si la Junta lo tiene a mil colones el pedacito, yo lo vendo a mil colones, así me enseñaron en mi hogar, a ser honesto y agradecido con la gente”, dice con orgullo.