El nuevo ministro de Ciencia y Tecnología, Carlos Enrique Alvarado Briceño, asistió al traspaso de poderes acompañado de una mujer admirable a la que ama muchísimo, su abuelita Cecilia Obregón Valverde, quien tiene 99 años y siempre lo ha apoyado y chineado.
La Teja conversó con la señora para ver qué le había parecido la experiencia y nos contó que fue algo único y que se sintió muy impresionada y halagada de ver que llegaban a saludarla ministros, diputados, entre otros políticos importantes, incluso, hasta pudo ver en vivo y a todo color al rey de España, Felipe VI.
“Cuando Carlos llegó a preguntarme si quería acompañarlo al traspaso de poderes yo le dije que cómo se le ocurría semejante cosa, que yo ya no estaba en edad para ir a esas actividades, le dije que mejor llevara a la mamá porque ese era el lugar de ella, no el mío, pero él me dijo que a la mamá no le gustaban esas cosas y que a quien él quería llevar era a mí, así que insistió hasta que me convenció”, recordó doña Cecilia, que a sus casi 100 años está como un roble.
“Cuando llegamos yo no podía creer todo lo que estaba pasando, recuerdo que cuando estábamos desfilando para entrar a la Asamblea Legislativa íbamos detrás del nuevo presidente, yo le pregunté que por qué lo habían puesto a él de primero de todos los ministros y me dijo que no lo habían puesto de primero a él, sino a mí porque yo era muy importante. Entramos por una alfombra roja lindísima, fue algo increíble”, recordó con ilusión.
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La más cotizada
Una vez adentro todo el mundo tenía que ver con doña Cecilia, ella cuenta que a cada rato llegaban a conocerla diputados, ministros y otros políticos importantes y eso la emocionó mucho.
“Yo no iba a buscarlos, ellos me venían a buscar a mí porque todos querían verme porque sabían que tengo 99 años y no es común que alguien de mi edad esté en un evento de esos. Todas las personas me trataron muy bien, las ministras de Agricultura y Educación se portaron tan bien conmigo, fueron muy especiales, viera que belleza de día fue.
“Hasta pude ver al rey de España, no lo saludé, pero sí lo vi, fue impresionante estar cerca de personas tan importantes. En un momento Carlos me volvió a ver y me preguntó cómo me sentía, le dije que me sentía como Alicia en el país de las maravillas”.
Doña Cecilia tenía miedo de cansarse mucho por andar de aquí para allá en el traspaso, pero al final todo salió puras tejas y disfrutó a montones le experiencia.
“Pese a la edad que tengo estoy muy bien, no me duele nada, estoy lúcida y tengo mi cuerpo y mis órganos muy bien, solo me tomo una pastillita al día para la presión, pero no tengo ninguna enfermedad crónica o cosas así, eso me permite vivir una vejez tranquila”, manifestó
Esta linda abuelita dice que el secreto para llegar a los 99 años tan tuanis es llevar una vida lo más sana posible.
“Nunca tuve vicios que me dañaran los órganos y siempre como cosas sanas, desde joven, nada de comidas grasosas. También como poco, con medida, para mí ese es el secreto para envejecer sano”, contó.
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Muy orgullosa
Doña Cecilia tiene una gran familia, tuvo doce hijos, pero ocho ya murieron. Tiene 23 nietos, 25 bisnietos y siete tataranietos y de todos se siente muy orgullosa.
“Alabo a Dios porque me dio la oportunidad de conocer la quinta generación de mi familia, me han llovido muchas bendiciones durante estos 99 años.
“Todos mis nietos son muy inteligentes, pero Carlos se ha preparado un poco más y por eso hace cosas tan importantes. Él se merece ese puesto, que dicha que se lo dieron, es muy estudioso y muy sabio, sé que trabajará con mucho amor y ahínco para lograr cosas buenas para el país.
“Estoy muy orgullosa de Carlos y le pido a Dios que lo ilumine y lo guíe en cada paso que dé siempre.
En enero del próximo año doña Ceci cumplirá los 100 años y no quiere celebrarlos con lujos, ya que sabe bien que lo más importante en la vida es el amor, la familia y la tranquilidad.
“No quiero nada grande, si Dios me presta vida para llegar a ese momento lo quiero celebrar en paz, con mi familia y la gente que me quiere y que amo”.
La abuelita del ministro vive en Hatillo con un hijo y una nieta, además, una hija y otra nieta llegan todos los días a pasar el día con ella. También tiene una señora que la asiste en todo lo que necesite, aunque ella aún es muy independiente.
“Me puedo bañar sola, como sola, puedo hacer mis cosas, pero ya si me toca salir debo ir acompañada porque no es conveniente que yo ande sola, son cosas a las que uno tiene que irse adaptando, pero yo soy muy feliz, tengo una vida propia y llevo una vejez muy tranquila”.