El politólogo Gustavo Araya se sentó con calma a analizar el cara a cara entre los estudiantes de colegio y el presidente Rodrigo Chaves el pasado lunes 7 de agosto en las afueras de Casa Presidencial en Zapote, tras una marcha de los estudiantes en contra de las Pruebas Estandarizadas.
Lo primero que le llamó la atención es que el presidente los atendió detrás de una barrera metálica “¿qué peligro representaban los estudiantes como para mantenerse detrás de la barrera?”, cuestionó Araya.
“El lenguaje corporal del presidente, por ejemplo, sacando un teléfono para hacer cálculos, es el mayor irrespeto que le he visto a un presidente hacia estudiantes.
“Los estudiantes le dieron un gran ejemplo al presidente, le dijeron que por más que ponga ejemplos de matemáticas, por más que diga, se nota que cuando no está en control del show, pierde los estribos, pierde la compostura del carácter y se le nota completamente molesto”, analizó el politólogo.
Para Araya, los colegiales le dieron al presi una cucharada de su propia medicina al armarle un show como el que él hace todos los miércoles en las conferencias después del Consejo de Gobierno.
“Cuando el presidente no está en control del show se nota que le molesta estar con el pueblo, pasa molesto. Le molestó cuando una estudiante le dijo que si se estaba informando por Tiktok. Llama la atención esa molestia del presidente porque en estas situaciones y otras cuando él es quien atenta, por ejemplo, contra la prensa, no se molesta.
“Llamó irrespeto a algo que él hace todos los miércoles: burlarse y hablar con ironías, sarcasmos y demás, pero no le gusta que se la apliquen a él como se la aplicaron los estudiantes”, aseguró Araya.
El también politólogo, Sergio Araya, analizó así el encuentro: “Muy valiente de parte de ellos al defender sus tesis. Muy comprometidos con su causa con absoluta, a pesar de su edad, entereza. Dialogan con el señor presidente, pero esto que es completamente aplaudible tiende a empañarse un poco con las actitudes como no querer darle la mano al presidente o, de parte de algunos jóvenes presentes, emitir algunos improperios, algunas palabras en tono burlesco.
“Esas actitudes en nada favorecen el clima de diálogo, de respeto, que debe imperar, justamente, para tratar de generar una efectiva incidencia, en este caso con el más alto tomador de decisiones del Poder Ejecutivo para tratar de persuadirlo de que sus posiciones y planteamiento deben ser escuchados”.
“No deberían tener valor”
Sobre las Pruebas Estandarizadas ¿tienen razón los estudiantes quienes lucha porque no tengan valor para definir si ganan o no el año? ¿Tiene razón el Ministerio de Educación (MEP)? Como en estos momentos hay grandes diferencias entre ambos sectores, consultamos a profesionales expertos en hacer exámenes para que nos ayudaran a entender quién tiene la razón.
“Las Pruebas Estandarizadas no deberían tener valor ese 2023″. Es lo primero que asegura la educadora Julieta Solórzano que es parte de la Comisión Interinstitucional de Estándares de Calidad para Pruebas Estandarizadas de Alto Impacto en el Contexto Académico y Profesional Costarricense.
La Comisión también piensa lo mismo, que estos exámenes no deberían tener valor este año, eso sí, que es muy necesario un examen para ganar el bachillerato, pero que debe consolidarse una prueba con buenas bases y fundamentada científicamente.
Explica la educadora que “no deben tener valor para decidir si el estudiante gana o pierde el año porque la esencia pura de un examen es que sea cristalina, que a quien le vayan a hacer un examen le hayan explicado bien qué hacer y cómo hacerlo, además, qué debe estudiar y eso no está sucediendo en estos momentos con las Pruebas Estandarizadas”, aseguró Solórzano.
“Habiéndose evaluado cada asignatura con un máximo de ocho preguntas de selección única, y sin ninguna explicación sobre la metodología utilizada, imposibilita cualquier intento de generar, en forma válida, interpretaciones útiles y confiables para diagnosticar el logro educativo de los estudiantes”, asegura la Comisión.