Pamela Mora Rojas se quedó sin trabajo antes de la pandemia y en medio de la desesperación por no conseguir uno, le llegó la inspiración porque se acordó que es bien buena para las manualidades, sobre todo para hacer pulseras, y decidió emprender.
Pocas semanas antes de que el covid-19 nos golpeara, ya Pame, como le dicen de cariño, había arrancado con su propio negocito. Una noche, pensando cómo le ponía, decidió que iba a aprovechar su apellido, Mora y le agregó azul, así que sin pensarlo mucho ya su empresita hasta tenía nombre: Morazul.
En el Colegio de San Antonio de Coronado, explica, le dieron las primeras bases para hacer pulseras, después, traveseando por aquí y por allá, usando redes sociales, fue afinando la técnica. Por dicha, cuando ya le había agarrado el toque a cómo hacer pulseras bien bonitas, fue que llegó la pandemia.
“Vieras qué gran bendición porque la pandemia golpeó muchos trabajos, muchos emprendimientos, pero en mi caso no fue así, en medio del coronavirus mis pedidos no bajaron, es más, hasta subieron”.
“Todo cambió con el coronavirus, porque ya no eran ventas en persona sino que tuve que comenzar a usar más las redes sociales y a mandar por encomiendas o mensajería los encargos, pero logré salir adelante y la gente pudo siempre contactarme”, nos comenta esta vecina de San Antonio de Coronado, quien tiene 26 años.
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Fue también en medio de la pandemia que, además del gusanillo del emprendimiento, la picó otro, el de lograr sacar un título en algo que siempre le llamó la atención, la farmacia. Desde hace tiempo había pensado en sacar un técnico en farmacia, pero la verdad no tenía la plata para meterse a estudiar”.
“Como las pulseras se estaban vendiendo bien, entonces me puse a hacer números y me dije que sí, que sí me alcanzaba la plata para estudiar. La pandemia dejó a mi papá sin trabajo y hasta en eso me ayudó Morazul, a ayudar bastante en la casa”.
“No le niego que tenía cierto temor, uno siempre piensa que no va a poder salir adelante, pero las pulseras no se dejaron de vender y así, con mucha felicidad, en abril pasado me gradué de Técnico en Farmacia”, del Instituto Cosvic, comenta con gran orgullo.
Eso no es todo, como parte de ir avanzando en los estudios, también sacó un título en Reanimación Cardiopulmonar y en Manejo de Desechos Hospitalarios, o sea, en tiempos de crisis las pulseras le sirvieron para tres títulos.
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“Aproveché porque esos otros estudios son fundamentales si aparece una oportunidad en un hospital o clínica privada. Hasta yo misma me sorprendí de ver cómo la idea de las pulseras me ha servido para tanto”.
Antes de quedarse desempleada, en el 2019, trabajaba en el INEC y estando ahí jamás se imaginó que iba a tener su propio negocio, mucho menos que le iba a dejar para ayudar en el casa y estudiar.
“Las pulseras fue lo primero que hice, poco a poco me fui metiendo con aretes, gargantillas, tobilleras. Todo es 100% hecho por mí, tejido. Cada pulsera que me compran es exclusiva, todo lo que yo hago es exclusivo”, comentó.
El gran sueño de Pame es entrar a la universidad y estudiar Terapia Física. Espera que el título de Técnico en Farmacia le sirva para encontrar un trabajo, el cual todavía no ha llegado, para así lograr el dinero suficiente y pagarse la carrera. Si usted lee esta nota y ocupa una graduada en Técnico en Farmacia, puede escribirle al WhatsApp 8875-0659. Es mismo contacto es para pedirle pulseras, aretes, en fin, de todo lo que hace esta pulseadora.
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Recientemente pudo darse más cuenta de cómo los coronadeños se han vuelto clientes fieles de su trabajo, estuvo en la Feria de Emprendedores que organizó la municipalidad de Coronado y le fue muy bien.
“Por la pandemia, como le conté, mucha gente me contacta por redes sociales, pero no me conocía, pues la feria sirvió para conocernos y muchas personas llegaban directamente a donde yo estaba”.
“La feria fue un éxito para mí, lo vendí casi todo. En verdad que se me vació la mesa de tantas ventas, estoy muy agradecida con mi gente de coronado. Dentro de las pulseras que más están pegadas con las de parejas, hago pulseras para novios o esposos y gustan mucho, están entre los 3 mil y 5 mil colones, depende de los adornos que lleve y el diseño. No cobro caro y le pongo mucho amor a lo que hago”, asegura la coronadeña.