“Hola, soy mandarina y estoy triste porque el gobierno me sacó de los productos de la canasta básica y eso hará que menos estudiantes me lleven como merienda a la escuela y al colegio. Eso pasará porque me voy a poner más cara de la cuenta con los impuestos y ya muchos papás van a buscar alternativas más baraticas para sus hijos”.

Ese podría ser el discurso de una mandarina ante su salida de la canasta básica.

La noticia de que sacaron a esa delicioso cítrico de la canasta básica, no le hace mucha gracia a los productores ni a muchos costarricenses porque es una de las frutas más ricas y baraticas y además, está siendo promovida por la Caja Costarricense del Seguro Social.

“No entiendo porque me sacaron si soy nutritiva, aporto un montón de vitamina C y mucha fibra y por si fuera poco, la Caja promueve mi consumo porque soy un alimento saludable. A otras frutas y verduras nos pasó lo mismo”, seguiría diciendo nuestra jugosa amiga.

“Además, ¿saben cuántas mandarinas va a producir la cosecha de este año?… 1 millón 400 mil, según lo que le escuché decir al ministro de Agricultura, Renato Alvarado. Y ahora, ¿que vamos a hacer tantas mandarinas si no nos compran?”.

El ministro explicó en La Nación que hay un grupo de productores de mandarinas con 4 mil hectáreas que producirán ese montón de fruta que deben colocar en el mercado, pero tendrán problemas para hacerlo porque estará más cara.

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Hablamos con dos productores para que nos contaran si la decisión de excluir la fruta de la canasta básica los mete en un broncón.

“Este año hubo una producción grande, pero mucha está en los árboles y si le ponen impuesto imagínese. Hemos podido salir adelante porque hemos bajado el precio, pero con impuestos nadie nos la va a comprar”, explicó Óscar Castro, productor de Acosta.

Mientras tanto, Jorge Aguilar, productor de Atenas dijo estar preocupado porque él sí tiene sobreproducción y con la mandarina más cara se le puede quedar sin vender.

“Creo que cuando hagan eso de la canasta, deben hablar más con nosotros, con los productores. Es poco lo que podemos hacer porque somos débiles desde el punto de vista de organización, pero nos perjudican mucho”, comentó Aguilar.

Perdió la dulzura

Por su parte, la nutricionista Natalia Aguilar dijo que ya está cansada de estar peleando por la exclusión de la mandarina de la canasta básica.

“La mandarina como merienda es excelente. Eso sí, hay que evitar que este verde porque puede ser muy ácida para un niño. Esa fruta ayuda a todo lo que es el sistema digestivo y a las defensas del organismo”, dijo.

Añadió que ninguna fruta, hortaliza o verdura debió ser excluida de la canasta básica.

“Nada de esas cosas debe pagar impuesto, lo que hacen es limitar el consumo de frutas y verduras. La mandarina, por ejemplo, es accesible en comparación a una pera o manzana. La canasta está mal investigada y mal planteada”, comentó.

Por esas mismas razones es que el Ministerio de Salud pretende que se tome en cuenta el valor nutritivo de los productos a la hora de elaborar la canasta básica.

Para ello convocó a personas con conocimiento para que trabajen a partir de abril en un proyecto de ley que reforme la forma en cómo se escogen los productos de la canasta.

Ese equipo estará compuesto por la Caja, el ministerio de Agricultura y Ganadería, el ministerio de Economía y el de Bienestar y Desarrollo Humano.

También estará el ministerio de Hacienda, el Instituto de Estadística y Censo, la Escuela de Nutrición de la Universidad de Costa Rica, la Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

“Trabajamos en una propuesta que permita incorporar el criterio nutricional a la hora de incluir o excluir productos en la canasta básica. Entraremos en una fase de valoración con el fin de convertirlo en un proyecto de ley que incorpore a todos los entes relacionados con la materia” afirmó el Ministro de Salud, Daniel Salas.

“Como muchas y me hidrato”

El luchador de MMA (Artes Marciales Mixtas) Alejandro “Mandarina” Solano también está en desacuerdo con que hicieran echada de una patada a su tocaya de la canasta básica.

Dice que es una fruta muy noble, que él puede comer muchas sin subir de peso y que lo hidrata.

“La consumo mucho, sobre todo si estoy en dieta de pelea, ayuda a hidratar y es baja en calorías”.

El luchador le dice al Gobierno que no se contradiga, pues habla de lo males de la obesidad, pero sube el precio de los productos saludables.

“Además, es un producto de cosecha nacional, se produce aquí y ayuda a la gente más pobre porque la gente de clase media alta quizás no le signifique mucho ese aumento”.

También contó porque le dicen mandarina.

“Me lo puso la abuela de un amigo cuando tenía siete años porque dijo que mi cabeza era redonda como una mandarina”.

A Alejandro lo molestó la primera vez, pero luego se acostumbró y ya adulto cuando podía desterrarlo, más bien decidió adoptarlo como apodo de lucha y sello personal.

“Mis eventos de peleas se llaman Mandarina Fight y también mi academia”, dijo el domingueño de 41 años.