Una familia de migrantes venezolanos que venía por la zona sur rumbo hacia Estados Unidos, recibió en Costa Rica un hermoso regalo: el nacimiento de su hijo Liam.
Dhelvis Infante Ojeda, su esposo y la hija de 6 años soportaron el paso de tres días por la peligrosa selva del Darién, en Panamá, en su afán de seguir su camino hacia territorio estadounidense.
La madre afrontó todos esos riesgos en estado de embarazo para poder cruzar la frontera de Paso Canoas e ingresar a suelo tico, donde entraría en labor de parto. Por eso la llevaron al hospital ubicado a tan solo 16 kilómetros de ese punto fronterizo.
Según informó la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), Liam nació el 12 de setiembre. “Un bebé sano, fuerte y robusto”. A él y a su madre les dieron la salida del hospital una semana después, el 19 de setiembre.
“Llegué al hospital asustada”, relató la mamá venezolana, quien afirmó además que primero temía que la discriminaran a ella y a su bebé, por su estatus migratorio.
“Desde un inicio la atención fue excelente, desde los doctores que me atendieron, las enfermeras, hasta los que me servían la comida. Todos estaban pendientes de mí y nadie me denigró por ser migrante ni me discriminaron”, detalló.
La familia venezolana no tuvo reparos en agradecer el servicio que recibió para la llegada de su nuevo integrante. “Mi bebé y yo estamos muy bien, gracias a ellos”, contó Infante, de 26 años de edad.
Según explicó Marvel Torres Córdoba, jefa de Trabajo Social del hospital de Ciudad Neily, cuando la joven entró en labor de parto, un equipo médico y de enfermería-obstetricia la abordaron de inmediato.
“Se activaron todos los protocolos necesarios además de la intervención de trabajo social para explorar factores protectores y de vulnerabilidad. El parto ocurre sin complicaciones y el niño nació en buenas condiciones. Al asegurarnos que contaba con los requisitos para su egreso, se le da salida el 19 de septiembre”, explicó Torres.
Además, al recién nacido se le hizo la prueba del talón, examen médico que se aplica a los tres días del parto y con el que se detectan determinadas enfermedades genéticas.
Según la experta, también se le aplicaron sus primeras vacunas y a la madre le dieron información sobre la importancia del esquema de vacunación en los menores.
¿Y dónde están en este momento? De acuerdo con la Caja, la familia se mantiene en uno de los albergues habilitados en la zona sur del país, a la espera de seguir su camino hacia Estados Unidos.
Tico por nacimiento
¿Cuál es ahora la situación migratoria para Liam y su familia venezolana, al nacer él en nuestro país?
Carolina Phillips, oficial mayor civil del Tribunal Supremo de Elecciones comentó que el bebé tiene nacionalidad costarricense por nacimiento, pero que la entidad no realiza ningún trámite para que los papás y su hermana obtengan la residencia o nacionalidad tica, por el vínculo con el recién nacido.
“Si a él se lo llevan a vivir a Estados Unidos y luego quiere venir a vivir aquí, lo podrá hacer sin ningún problema. A los 18 años podrá pedir la cédula de identidad y cualquier documento oficial que necesite para un trámite en otro país”, explicó Phillips.
En cuanto a los servicios de la Caja, la ley establece que el bebé gozará de la atención médica gracias a la cobertura estatal que recibe al ser un menor nacido en el país. Eso significa que si la familia opta por quedarse en suelo nacional, a él sí lo atenderán.
Además, se le aplicarían todas las vacunas del esquema de vacunación nacional.
¿Y las mamás?
Las extranjeras que tengan un hijo aquí deberán contar con pasaporte o constancia de nacimiento válida de su país de origen. El seguro del Estado las cubre en el control prenatal y los tres meses posteriores al parto.
Bajo ese escenario, después de esos tres meses, el menor recibirá atención médica, pero no así la mamá, en caso de que presente una situación migratoria irregular.
Ahora bien, ¿tienen los familiares directos del bebé la posibilidad de solicitar ante Migración y Extranjería algún trámite de refugio o residencia?
Según Abelardo Morales, sociólogo con estudios sobre migración, eso resultaría posible.
“Si los padres deciden acogerse a un estatus de refugio, por ejemplo, o de residencia temporal, perfectamente la legislación los protege precisamente por el vínculo sanguíneo”, explicó.
El experto también destacó que en los casos como los de Liam, los niños no podrían ser expulsados del país, si deportaran a su familia. Por otro lado, si las autoridades aplicaran la ley, eventualmente podrían intervenir para que no salga del país, si su seguridad se pusiera en riesgo.
“Como acontece en muchos otros países, si los padres tienen el proyecto de seguir con sus intenciones de ruta hacia el Norte, igual lo pueden hacer con el bebé, pero en principio la legislación y los convenios internaciones obligan a dar protección a cada niño nacido en Costa Rica”, concluyó Morales.