39 de cada 100 mujeres desempleadas aseguran que las “obligaciones familiares” no les permite buscar un trabajo.
En el caso de los hombres, apenas dos de cada 100 desempleados dice que las obligaciones que tienen en el hogar se han convertido en un impedimento para buscar trabajo.
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Así lo revela la última Encuesta Continua de Empleo (periodo mayo, julio y julio 2022) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC).
La pandemia aumentó el recargo del trabajo de las familias en las mujeres ya que antes de la crisis de salud eran 34 de cada 100 las que se veían limitadas para conseguir empleo.
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Un estudio de la Universidad Nacional señala que en el ambiente de contracción del ingreso familiar y las oportunidades de empleo que caracterizó el periodo de atención de la pandemia, muchos hogares “optaron” por recargarse las labores de reproducción social y cuido en las mujeres, lo que les ha dificultado en la actualidad su incorporación al mercado laboral.
Al preguntarle a las mujeres desempleadas hace cuánto dejaron su último trabajo, 23 de cada 100 mujeres contestaron que de 1 año a menos de tres, mientras que 14 de cada 100 dijeron que tres años o más. Es decir, 37% de las mujeres desocupadas tienen más de un año sin trabajo, situación que contrasta con la experimentada entre los hombres, con un 18%.
El economista y participante del Programa Observatorio Económico y Social de la Universidad Nacional, Greivin Salazar Álvarez dice que es necesario reconocer el valor del trabajo doméstico no remunerado de las mujeres, redistribuir al interno de los hogares dichas labores, y reorganizar labores de cuido.
También señala la importante de generar empleo con enfoque de género ya que son las mujeres a las que les cuesta más conseguir trabajo.
Por último pide analizar críticamente el esquema de jornada 4-3 (días laborados, días de descanso), ya que con el actual recargo de labores de cuido entre las mujeres se corre el riesgo de generar un sesgo adicional en contra de su empleabilidad.