Los funcionarios y los niños del albergue Pueblito Supernova, pasarán una Navidad y fin de año lleno de tristeza e incertidumbre.
El motivo es porque este centro, que atiende a 25 niños con necesidades especiales, tendría que cerrar sus puertas y dejarlos sin hogar a partir del 31 de diciembre.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI), que subsidia la atención de cada uno de los menores de edad, con ¢1.387.791,33 mensuales, le habría anunciado a las autoridades de la organización no gubernamental que a partir del próximo año le brindará un 20% menos por cada menor al mes, es decir, ¢1.110.233,06, monto insuficiente para continuar operando, explicó la directora de Pueblito Supernova, Katherine Rojas.
“Si no contamos con el personal requerido, el riesgo de que les pase algo a los chicos es muy alto, porque requieren mucha supervisión y acompañamiento. No se podría contar tampoco con los medicamentos que requieren los menores. Las condiciones que se les podrían ofrecer no serían óptimas e, incluso, sería riesgosas”, afirmó la Rojas.
La directora aclaró que el programa es muy caro porque se requiere una planilla muy grande, con profesionales en diferentes áreas, personal de cuido especializado, que es brindado por estudiantes universitarios avanzados, así como los gastos de infraestructura, que no es propia.
“Ya este año el presupuesto apenas estaba alcanzando, incluso la Asociación Pueblito Costa Rica, a la que pertenece el programa, tuvo que asumir algunos de los gastos para poder seguir”, contó la directora.
Especial para menores de 8 años
El programa es único porque, por las situaciones de vida que han afrontado los chiquitos, ellos han desarrollado distintas conductas y emociones que hacen que les cueste adaptarse a los diferentes entornos sociales, como la escuela, la familia, una catequesis, un equipo de fútbol, entre otros, porque no desarrollan las habilidades esenciales necesarias para interactuar adecuadamente sin conflictos.
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“En Costa Rica ya hay programas para atender chicos con estas características, pero de los 12 a los 17 años y 11 meses, pero no había, antes de nosotros, ningún programa para atender a los menores de 8 a 12 años, por eso fue que el mismo PANI nos solicitó crear este programa”, explicó Rojas.
Durante un año, estuvieron coordinando los permisos y creando el modelo de atención para ponerlo en práctica y desde mayo del 2022 empezó a funcionar.
“Los chicos estaban bastante afectados por las secuelas y empezamos a trabajar con ellos a nivel terapéutico desde diferentes áreas, como psicología, psiquiatría, trabajo social, terapia ocupacional, educación, deportiva y artística, las cuales han permitido un avance significativo en muchos de los menores”, explicó la directora, quien es psicóloga de profesión.
En el centro los niños reciben una adaptación educativa para que aprendan gracias a la alianza con una escuela de la comunidad, que les da los programas educativos y docentes de la institución se los muestran a la población estudiantil.
“La parte deportiva fue clave porque practican mucho deporte y eso les ayuda a regularse y aprender a convivir mejor, logrando disminuir las crisis que enfrentan y que interactúen y se sientan mejor”, añadió la especialista.
Reciben fútbol, baloncesto, patinaje, boxeo, yoga, atletismo, natación, caminata, ciclismo, así como música, escultura, pintura, dibujo, manualidades, bisutería, proyectos de reciclaje y huertas, entre otros.
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Retroceso
Al no existir otro programa igual para esta población, los niños deberán ser reubicados en albergues comunes, donde no se les brindaría toda la atención integral que han tenido hasta la fecha, afectando el avance alcanzado hasta el momento.
Han aprendido a ser más cuidadosos con su aseo personal y a hacer oficio, entre otros hábitos.
“Ya solo el hecho de la reubicación es un trauma más, porque es mucha inestabilidad y al suspender las terapias, va a generar que se pierda todo lo que se había avanzado”, dijo Rojas.
Otra forma de mantener abierto el albergue es con el patrocinio mensual de alguna empresa privada que desee hacerlo, sin embargo, a la fecha, no cuentan con él.
Hicieron ajustes
Al respecto, el PANI respondió que tiene garantizados los recursos para las transferencias a las ONG’s para el 2023, presupuesto que ya fue aprobado por la Contraloría General de la República.
“Con la nueva metodología, de las 127 ONG’s, 120 reciben incrementos en los subsidios y 7 experimentan un ajuste a la baja. Todas las ONGs hicieron los ajustes, sin embargo, Supernova más bien solicitó un aumento que excede esta metodología aplicada a todas las ONGs, por lo que su solicitud no ha logrado una razonabilidad viable para poderla aplicar”, explicaron vía correo electrónico.
El PANI asegura que el Programa Supernova y la atención de los 25 adolescentes que se atienden, continuará en las mismas condiciones de atención, mas no así las económicas.