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Nissan organizó el reto Frontier para poner a prueba a este pick up 4x4 en un terreno complicadísimo y el chuzo pasó la prueba.
La actividad se organizó en Escazú, cerca de la autopista Prospero Fernández, Nissan puso a disposición tres versiones de su modelo Frontier doble cabina para que cada participante eligiera y recorriera el trayecto que construyeron.
En nuestro caso, elegimos la versión Pro-4X, la más lujosa de todas, con todos los extras habilitados para hacerle frente al reto.
Héctor Rodríguez fue nuestro maestro para dominar este todoterreno. Durante cada estación contó detalladamente cómo sacarle provecho a sus características. Luego de unos cinco minutos de hacer el tramo, cambiamos de asientos y nos tocó a nosotros demostrar que aprendimos bien.
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Inicio rudo
La primera estación, llamada Torsión, consistió en pasar por varios repechos diseñados en forma de zigzag, para así probar la suspensión y la estabilidad del carro, al mismo tiempo en terrenos irregulares. En esta parte sentimos cómo el carro se balanceó de un lado para otro suavemente y lo superamos sin problemas.
Avanzamos a la parte del control de descenso, acá manejamos el carro a una loma, en la parte más alta nos detuvimos y activamos una de las asistencias estrellas de este Frontier: Control de descenso, ayuda al carro a bajar con suavidad, usted solo lo activa, pisa un poco el acelerador y el carro solito desciende y se frena solo.
En ese modo pasó sin problemas la tercera estación llamada La Poza. El agua combinada con el barro tapó todas las llantas, muchos imaginarán que con eso da para que el carro se le apague el motor y deje de avanzar, pero con el Frontier no fue así, recorrió la poza como si nada.
Seguimos por la zona de empalado, consistió en pasar sobre un montón de palos enterrados para evidenciar el funcionamiento de la suspensión, incluso nos salimos del guion acelerando un poco para ver su reacción y el 4x4 respondió de forma ágil y sin contratiempos.
Etapa reina
Luego avanzamos a otra zona de torsión, pero esta tuvo la particularidad de que el terreno tenía ascensos y descensos bruscos, así para que el conductor tuviera todos sus sentidos activos como si anduviera en la montaña.
La zona de piedras, similar a la orilla de un río, una vez más probó la suspensión, dentro de la cabina la sensación era muy diferente, de confort y poco ruido.
El control de ascenso ayuda a la conducción, se activa cuando el carro por alguna razón se detiene en medio de una cuesta y necesita arrancar sin problemas. Se activa de la siguiente forma: el carro debe estar completamente detenido, cuando suelta el freno el sistema detiene el carro por cinco segundos, ese es el tiempo que el conductor tiene para pasar su pie del pedal de freno al acelerador para avanzar.
Nosotros, por iniciativa propia, avanzamos después de seis segundos, el carro se nos fue un poco para atrás, pero cuando pisamos el acelerador reaccionó rapidísimo.
Nota perfecta
En la etapa final bajamos un desnivel diseñado para que la llanta trasera derecha quedara en el aire, el descenso no fue brusco y la suspensión logró distribuir el paso del carro en las tres llantas que tocaban el suelo.
Al final don Héctor se quedó sorprendido porque dominamos la prueba y nos puso una calificación de 10, pero semejante chuzo facilita todo.
Los precios de los Frontier van desde los $43.900 en su versión S, la más básica, unos 23 millones de colones al tipo de cambio, el Pro-4X cuesta $60.900, 32 millones de colones. Para más información, puede contactarlos en el sitio web www.nissancr.com y en redes sociales como Nissan.
