“Me llamo Trinidad cumplo 99 años. No veo. Quiero tocar tu manito”, pedía al papa una anciana en las calles de Trujillo, Perú.
El papa Francisco vio el cartel, se bajó del papamóvil conmovido y fue hacia ella.
”El papa me vio de lejos y me agarró la mano y me dio la bendición. Me preguntó de dónde venía y cuántos hijos tenía”, contó la anciana. ”Que bondadosa que es usted”, le dijo el papa en un momento.
Eso pasó cuando el papa se dirigía al colegio Seminario San Carlos y Marcelo para participar del encuentro con los sacerdotes y religiosos.
El pontífice se acercó y saludó a la anciana.
La mujer, de 12 hijos, 38 nietos, 35 bisnietos y 8 tataranietos, celebró haberle besado la mano y tenerlo cerca y contó que recibió un rosario bendecido por el pontífice. “Será un momento que no olvidaré en el resto de mi vida”, comentó.
El vocero del Vaticano, Greg Burke, explicó que Francisco vio a la anciana mandó parar el vehículo para bendecirla en el día de su cumpleaños. En varias ocasiones durante sus viajes, el pontífice ha hecho parar el papamóvil después de ver a personas que le pedían una bendición o un saludo.
El sábado, el segundo día de la visita papal a Perú, dio una multitudinaria misa, recorrió lugares afectados por inundaciones y condenó los feminicidios.
Ante unas 200.000 personas y 40 imágenes de santos locales se ofició la primera misa frente a las playas de la ciudad histórica de Huanchaco, donde se amarran los “caballitos de totora”, embarcaciones tradicionales de pescadores en forma de canoa.