En la Ciudad Vieja de Jerusalén hay decenas de iglesias, pero un único Papá Noel “oficial”: un basquetbolista palestino, a quien los niños piden celulares a falta de paz.
En diciembre, el centro de Jerusalén, donde se sitúa la Explanada de las Mezquitas, el Muro de los Lamentos y la iglesia del Santo Sepulcro, se llena de luces navideñas rojas y verdes.
Pero Papá Noel no viene del Polo Norte, sino de ese mismo lugar y mide 1,90 metros. Su nombre es Issa Kassissieh, excapitán de la selección de baloncesto palestina.
“Tenemos varias religiones en Jerusalén. Hay musulmanes, cristianos y judíos. Y personas de todos los horizontes religiosos vienen a visitarme a mi casa”, dice este hombre, de 38 años.
Ese es el caso de Marwa, un niña palestina de ocho años, cuya familia es de confesión musulmana. “No soy cristiana, pero me encanta Papá Noel y también tenemos una árbol (de Navidad) en casa”, dice sonriente.
Cuando Kassissieh era niño, su padre ya se disfrazaba de Papá Noel. Hace unos 15 años encontró el traje y decidió ponérselo.
Diploma oficial
Desde entonces, el exdeportista estudió en la Santa School de Denver, en Colorado (Estados Unidos), participó en el congreso mundial de Papás Noel en Dinamarca y obtuvo el certificado de la “famosa” escuela Charles W. Howard, en Michigan (Estados Unidos).
También transformó la planta baja de su vivienda familiar en la casa del famoso personaje navideño.
Construida hace siete siglos en el barrio cristiano de la Ciudad Vieja, la casa de piedra está decorada con caramelos, guirnaldas y una gran silla para Colacho.
Kassissieh es el “único” Santa Claus en Israel y Jerusalén que haya obtenido este certificado oficial, confirmó el ministerio de Turismo de Israel.
Israel anexionó Jerusalén Este, incluyendo la Ciudad Vieja, tras la guerra de los Seis Días en 1967.
“Es bastante especial transmitir un mensaje de paz y amor en Jerusalén, que es el corazón del mundo. Cuando tengamos la paz en Jerusalén, habrá paz en el mundo”, quiere creer esta Papá Noel que evita tocar temas políticos.
“Para nuestros hijos es importante divertirse, pero también queremos que conozcan la verdadera historia de Navidad”, dice Alison Pargiter, una estadounidense de 52 años, de visita con su familia en la cueva de Kassissieh.
¿Los niños le piden la paz en el mundo? “Piden más bien un iPhone”, responde el exdeportista.
“No les prometo nada y les digo: ‘Recemos y si estás en mi lista recibirás alguna cosa’”, añade este Papá Noel que, a falta de renos, se pasea en camello por la ciudad.