El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió al hacer un comentario sobre su cabellera, admitiendo en broma que sufre calvicie.
“Intento como el infierno esconder esa calvicie, trabajo duro”, dijo durante un discurso ante una organización conservadora en las afueras de Washington.
“No se ve mal, nos vamos arreglando”, agregó, en una inusual muestra de humor autocrítico.
El peinado del mandatario norteamericano ha sido durante mucho tiempo objeto de burlas especialmente por su copete, pero también por sus colores cambiantes, a veces tirando hacia el naranja.
Trump ha asegurado varias veces que no lleva peluca, pero sí ha admitido usar laca.
Según algunos peluqueros, el presidente esconde su falta de pelo gracias a un ingenioso montaje de mechones rizados, fijados por un producto especial.
En su libro “Fire and Fury”, sobre la Casa Blanca, Michael Wolff cuenta que Ivanka Trump, la hija del presidente, describe en detalle a sus familiares este elaborado peinado, que su padre obtuvo luego de una intervención quirúrgica para reducir su calvicie.
“Su coronilla está completamente calva, una isla que quedó después de una cirugía de reducción de cuero cabelludo y que está rodeada de un círculo de cabellos de la parte frontal y de los costados. Los cabellos se dirigen desde todos lados de una forma que les permite converger en el centro. Luego se peina hacia atrás y afianza el peinado usando un aerosol fijador”, según cuenta Wolff.