El gobierno ruso ordenó este sábado ampliar la ofensiva contra Ucrania tras el fracaso de una tentativa de tomar Kiev, la capital, donde rige un toque de queda.
En el tercer día de la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, los habitantes de Kiev viven al ritmo de las sirenas y corren a los sótanos para cubrirse de las explosiones.
El ejército ucraniano anunció que había rechazado un asalto a la capital, pero que seguía luchando contra grupos de saboteadores rusos infiltrados en la ciudad.
Su alcalde, Vitali Klitschko, decretó un toque de queda total hasta el lunes a las 8 a. m.
El Ministerio de Defensa ruso informó que su ejército disparó misiles contra objetivos militares y ordenó ampliar la ofensiva en todas las direcciones, alegando que ucrania rechazó entablar negociaciones.
El ejército ruso tomó además el control total de la ciudad de Melitópol, en el sur de Ucrania, cerca de Crimea, la península anexada por Moscú en 2014, agregó el portavoz ministerial, Igor Konashenkov.
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Según él las fuerzas separatistas de los territorios de Donetsk y Lugansk (este), apoyadas por Rusia ganaron terreno. Esta afirmación no ha podido ser verificada por fuentes independientes.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, juró que su país no se rendirá ante el Kremlin.
“Estoy aquí. No depondremos las armas. Defenderemos nuestro estado porque nuestras armas son la verdad”, afirmó el mandatario, de 44 años.
Zelenski sostuvo que había desbaratado el plan de Rusia de derrocarlo y llamó los rusos a presionar a Putin para frenar la guerra.