Los trabajadores de la fábrica de autos Opel en Figueruelas (noreste de España) aceptaron este miércoles por mayoría una congelación salarial para 2018, a fin de salvar el bretecito y que no cierren la empresa, propiedad del grupo francés PSA, indicaron fuentes sindicales y patronales.
Según el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), el acuerdo fue aprobado con 2.897 síes, frente a 2.008 noes, sobre un total de casi 5.400 empleados convocados a emitir su voto en la consulta iniciada el martes y finalizada este miércoles.
El convenio por cinco años de la planta, donde se fabrican casi uno de cada siete carros españoles, incluye una congelación de salarios este año y una reducción del 5% de los incentivos por trabajar de noche y en días feriados. Entre 2019 y 2022 se prevén pequeños aumentos a paguitos de polaco.
La empresa francesa, deseosa de recortar costes en la planta y en general en su filial Opel, adquirida el año pasado, había amenazado con llevarse la producción del modelo Corsa, que significa la mitad de la producción.
Sin embargo, la dirección y los sindicatos alcanzaron un compromiso a comienzos de la semana, por el que la planta mantiene a sus empleados y seguirá atrayendo inversiones y adjudicaciones, entre ellas la próxima versión eléctrica del Corsa.
La aprobación da además un respiro para los 25.000 empleos directos e indirectos dependientes de la planta ubicada cerca de Zaragoza, que es el centro de todo un sistema de mini y microempresarios al rededor de la fábrica.
La planta de Figueruelas, abierta en 1982, es la segunda más importante del grupo PSA en España desde que adquirió Opel, y en 2017 el 89% de su producción se destinó a la exportación.
El país se destaca por la fabricación de modelos baratos, pero tanto en los sindicatos como en el gobierno hay un estudio sobre cómo mejorar el valor agregado del producto.