Al menos cuatro personas murieron y 28, en su mayoría adolescentes, resultaron heridas en un tiroteo durante una fiesta de cumpleaños en una localidad del sur de Estados Unidos, en un nuevo hecho de violencia armada que estremece al país.
El tiroteo ocurrió el sábado por la noche en Dadeville, un pequeño pueblo del estado de Alabama, en un salón donde una adolescente celebraba sus “Sweet 16″ (Dulces 16), un festejo similar al de las quinceañeras hispanoamericanas.
Un agujero de bala todavía era visible el domingo en la puerta de vidrio del edificio, rodeado de las cintas de plástico amarillas de la Policía.
“Este acto costó trágicamente la vida de cuatro personas y dejó muchos heridos”, dijo a periodistas el sargento Jeremy Burkett, portavoz de la Agencia de Cumplimiento de la Ley de Alabama (ALEA).
Burkett precisó más tarde el domingo que 28 personas habían resultado heridas, algunas de ellas de gravedad, e instó a los residentes a presentar toda información que pudieran tener relacionada con el ataque. Pero no proporcionó más detalles sobre cómo se desarrolló el tiroteo o por qué, o si se detuvo a un sospechoso.
Phil Dowdell, el hermano de la adolescente que cumplía años, está entre los muertos, según declaró su abuela, Annette Allen, al diario local Montgomery Advertiser. El joven cursaba el último año de secundaria y debía graduarse en unas semanas.
“Era un chico muy, muy tranquilo. Nunca se metía con nadie. Siempre tenía una sonrisa en el rostro”, dijo Allen sobre su nieto, un estudiante de último año de secundaria y jugador de fútbol que se iba a graduar en unas semanas.
“Todo el mundo está de duelo”, dijo Allen sobre la pequeña comunidad de unos 3.000 residentes.
El cercano Hospital Comunitario Lake Martin recibió a 15 pacientes con heridas de bala, en su mayoría víctimas adolescentes, dijo a la AFP Heidi Smith, directora de marketing del operador del centro de salud rural IvyCreek Healthcare.
Seis de los pacientes fueron dados de alta y nueve fueron trasladados a establecimientos de atención más especializada. De ellos, cinco estaban en estado crítico, indicó Smith. “Ha sido terrible”, dijo.
La ALEA dijo que se inició una investigación junto con la Policía de Dadeville y las agencias federales, incluido el FBI.
“Indignante e inaceptable”
El presidente Joe Biden dijo que el país estaba nuevamente de duelo por los jóvenes estadounidenses asesinados en la violencia armada.
“¿A qué ha llegado nuestra nación cuando los niños no pueden asistir a una fiesta de cumpleaños sin miedo?”, dijo Biden, en un comunicado.
“Las armas son la principal causa de muerte de niños en Estados Unidos, y las cifras aumentan, no disminuyen”, agregó el mandatario demócrata. “Esto es indignante e inaceptable”.
Los esfuerzos para endurecer los controles de armas se han topado durante años con la oposición de los republicanos, defensores acérrimos del derecho constitucional a portar armas. La parálisis política perdura a pesar de la indignación generalizada por los tiroteos recurrentes.
Estados Unidos, un país de unos 330 millones de habitantes, está inundado con unos 400 millones de armas, y los tiroteos masivos mortales son algo habitual.
Las últimas muertes se produjeron en el 16º aniversario del tiroteo escolar más mortífero registrado en Estados Unidos, en el que murieron 32 personas en la universidad Virginia Tech en 2007.
Por separado, la Policía confirmó que dos personas murieron y otras cuatro resultaron heridas en un tiroteo el sábado por la noche en un parque lleno de gente en Louisville, Kentucky, la misma ciudad donde un empleado bancario asesinó el lunes pasado a cinco personas en el banco donde trabajaba.
En lo que va del año hubo 163 tiroteos masivos en Estados Unidos, según la organización Gun Violence Archive. Este grupo define un tiroteo masivo cuando hay un mínimo de cuatro víctimas muertas o heridas, sin contar el tirador.