Se sabe que las bajas temperaturas y los resfriados suelen ir de la mano. Pero hasta ahora se desconocía cómo el frío en la cavidad nasal afectaba la respuesta inmunitaria.
Un nuevo estudio publicado el martes en The Journal of Allergy and Clinical Immunology, una revista científica estadounidense especializada en alergias e inmunología, detalla una nueva forma en que el organismo humano ataca a los intrusos. Y descubre que funciona mejor cuando hace calor.
Estos hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para el resfriado común y otros virus, explicó a la AFP Mansoor Amiji, profesor de la Universidad Northeastern en Boston, quien codirigió la investigación.
El punto de partida es un estudio anterior realizado en 2018, que encontró que las células de la nariz liberan vesículas extracelulares (VE), una nube de partículas diminutas que atacan a las bacterias al inhalarlas.
“La mejor analogía es la del nido de avispas”, explica Amiji. Al igual que las avispas defienden su nido cuando son atacadas, las VE vuelan en enjambres para matar a los invasores.
En su investigación, los científicos se plantearon dos interrogantes: ¿las VE también se secretan en presencia de un virus? Y si es así, ¿su respuesta se ve afectada por la temperatura?
Para responder la primera pregunta, utilizaron la mucosa nasal de voluntarios (que estaban siendo operados para extirpar pólipos) y una sustancia que reproducía una infección viral.
Descubrieron que, de hecho, se producían VE que se dirigían a los virus.
Para abordar la segunda cuestión, dividieron las muestras de células nasales en dos grupos y las cultivaron en un laboratorio, sometiendo un conjunto de muestras a 37ºC y el otro, a 32ºC.
Estas temperaturas se eligieron en base a otra prueba separada que determinó que la temperatura dentro de la nariz cae alrededor de 5°C cuando el aire exterior baja de 23°C a 4°C.
En condiciones normales de temperatura corporal, las VE fueron capaces de combatir los virus, presentándoles “señuelos” a los que se aferraban, en lugar de los receptores de las células a los que normalmente se habrían dirigido.
Pero a temperaturas más bajas, la producción de VE fue menos abundante y demostraron ser menos efectivas contra los virus probados: dos rinovirus y un coronavirus (no covid-19), comunes durante el invierno.
“Nunca ha habido una razón convincente de por qué se produce este aumento tan claro de la infectividad viral durante los meses fríos”, dijo Benjamin Bleier, coautor del estudio y cirujano de la Escuela de Medicina de Harvard.
“Esta es la primera explicación cuantitativa y biológicamente plausible que se ha desarrollado”, agregó.
Según Amiji, este estudio podría conducir al desarrollo de tratamientos para estimular la producción natural de VE, de modo de poder combatir mejor los resfriados, o incluso la gripe y el covid-19.
“Esta es un área de investigación que nos interesa enormemente, y sin duda continuaremos por este camino”, aseguró.