Cientos de millones de cristianos conmemoran este Viernes Santo encerrados en sus casas, siguiendo por primera vez por Internet o televisión ceremonias solitarias, debido a la pandemia de coronavirus, que superó el umbral simbólico de los 100.000 muertos en todo el mundo.
Con más de la mitad de la población mundial confinada, la celebración de Semana Santa esta vez no llenó templos ni sacó en procesión a la gente a las calles, una consecuencia más de la pandemia COVID-19, que deja ya 100.661 muertos y más de 1,6 millones de infectados en el mundo, según el último recuento de la AFP.
Un levantamiento demasiado rápido del confinamiento podría llevar a un "rebrote mortal" del virus, advirtió el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, durante una rueda de prensa virtual en Ginebra.
En la inmensa plaza vacía de la basílica de San Pedro en Roma, el papa Francisco, líder espiritual de 1.300 millones de católicos, celebró un Vía Crucis en formato reducido, acompañado por cinco detenidos de una prisión de Padua (norte) y cinco médicos y enfermeros del Vaticano.
Antes de esa ceremonia, en declaraciones este viernes a la cadena italiana Rail, el papa comparó a médicos, enfermeros, sacerdotes y hermanas que han muerto combatiendo la pandemia como soldados "muertos en el frente".
En Tierra Santa, todos los lugares de culto están cerrados al público, incluida la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, el lugar donde, según los evangelios, murió y fue sepultado Cristo.
Normalmente Jerusalén es el corazón de las celebraciones de Pascua. El año pasado, más de 25.000 personas de todo el mundo se congregaron allí para celebrar la Semana Santa.
Obligados a apelar al ingenio, sacerdotes católicos han dado bendiciones desde helicópteros o confiesan a los fieles desde su automóvil, como en el turístico puerto mexicano de Acapulco.
“Una gota en el balde”
El virus se ha ensañado principalmente con Europa (70.245 muertos) y Estados Unidos (17.995 decesos), aunque el número de pacientes graves disminuye ligeramente en Italia, Francia, España y en Nueva York, principal foco estadounidense, lo que alimenta las esperanzas.
En Estados Unidos la enfermedad avanza más rápidamente, con 475.000 casos hasta este viernes.
El estado de Nueva York, con casi 160.000 casos de coronavirus y 7.844 muertes (5.150 en la ciudad de Nueva York), está practicando unas 2.000 pruebas por día, dijo este viernes el gobernador Andrew Cuomo. Pero esto es apenas "una gota en el balde", lamentó.
En Europa, Italia, donde el virus ha sido más letal con 18.849 muertos y unos 143.000 casos, prolongó este viernes el confinamiento hasta el 3 de mayo.
Segundo país europeo más afectado con 15.843 muertos, España registró este viernes la cifra diaria más baja de fallecidos desde el 24 de marzo, con 605 decesos. "Continuamos con la tendencia descendente", dijo la doctora María José Sierra, del centro de emergencias sanitarias.
Francia, tercero en la lista, reportó 987 nuevas muertes y superó los 13.000 decesos, entre ellos un niño de 10 años. Y el Reino Unido anunció un récord de 980 muertes en 24 horas por coronavirus, con 8.958 fallecidos en total.
El primer ministro, Boris Johnson, único gobernante de una gran potencia que enfermó del virus, salió de la unidad de cuidados intensivos el jueves y este viernes “ha podido caminar un poco, entre periodos de descanso”, dijo su portavoz.
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