Un hombre hispano obtuvo un premio de tres millones de dólares (poco más de 1500 millones de colones) en la lotería, pero tras una disputa legal con un conocido perdió todo el dinero. Raymundo Gómez compró un boleto de raspar en un 7-Eleven (cadena de tiendas de conveniencia que vende alimentos, bebidas, prensa y droguería) en Estados Unidos y resultó ganador.
Sin embargo, un amigo lo acusó de haber tomado ese ticket sin permiso y llevó el caso a la Justicia, lo que cambió por completo la situación.
Raymundo, de 72 años, no tenía un empleo estable, sino que se dedicaba a recolectar latas y plásticos para generar ingresos. A pesar de esto, participaba con frecuencia en juegos de azar y guardaba una gran cantidad de boletos de lotería usados. En una ocasión, visitó una tienda y adquirió dos boletos de la lotería Set For Life. Al raspar uno de ellos, encontró la palabra ‘LIFE’, lo que indicaba que había obtenido el premio mayor.
Decidió recibir el dinero en pagos mensuales y alcanzó a cobrar medio millón de dólares antes de recibir una notificación judicial. Un amigo suyo, Florencio Cabrera, lo demandó asegurando que el boleto no le pertenecía. De acuerdo con la acusación, Raymundo había tomado el ticket sin permiso y cobrado el premio sin autorización.
El proceso judicial avanzó en su contra y terminó perdiendo todo el dinero que había recibido.
Florencio Cabrera aseguró que el 1º de febrero de 2018 acompañó a Raymundo a comprar la lotería. Relató que ambos adquirieron boletos en la misma tienda y regresaron juntos para verificar los resultados. Según su testimonio, él fue quien raspó el boleto premiado, pero como no entendía inglés, le pidió ayuda a su amigo para confirmar la información.
Explicó que poco después viajó a México y dejó el ticket bajo la custodia de Gómez. Al regresar, descubrió que su amigo ya había cobrado el premio sin informarle. La demanda se basó en la acusación de que Raymundo se apropió del boleto sin su consentimiento.
Raymundo negó las acusaciones y sostuvo que había comprado los boletos sin compañía. “Le digo que yo solito compré los boletos. Los raspé, uno me salió y el otro no. Él no estaba allí, él estaba en su tierra ese día que yo gané la lotería. ¿Cómo puede decir que yo se lo robé? Es mi boleto, lo juro ante Dios”, afirmó en una entrevista.
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Defendió su versión diciendo que Cabrera no estuvo presente cuando revisó el boleto y aseguró que el ticket era suyo. Sin embargo, no presentó pruebas que sustentaran su declaración en el tribunal.
El caso se resolvió en la corte de San Diego. Como Gómez no respondió a la demanda, el fallo favoreció a Cabrera, quien obtuvo el derecho al premio. Aunque intentó apelar con el apoyo de su hijo, el juez rechazó su reclamo y ordenó la devolución del dinero recibido. Sin más opciones legales, perdió el premio que aseguró haber ganado legítimamente.