El sueño de Megan Clarke, una joven británica de 27 años, de encontrar a su “media naranja”, parecía haberse hecho realidad al conocer a quien creía era su hombre ideal, Lord Bertie Underwood.
La relación avanzó rápidamente, llena de lujos y detalles, hasta que, a poco tiempo de casarse, descubrió una impactante verdad: su prometido era en realidad un criminal con un oscuro historial de fraudes.
El encuentro inicial entre Megan y Bertie ocurrió cuando ella trabajaba como gerente de un bar en la Isla de Wright, Inglaterra. Desde el principio, él desplegó una personalidad encantadora y fue muy generoso. “Era encantador, amable, atento, cariñoso. Un verdadero caballero”, expresó Megan en diálogo con ‘Metro’. Con su amabilidad, Bertie no tardó en conquistarla, y en apenas un mes ya se habían dicho “te amo”.
La propuesta de matrimonio llegó tan solo seis meses después del inicio de la relación, cuando Bertie sorprendió a Megan con un costoso anillo de diamantes. A partir de ese momento, él le pidió un extraño favor: mantener su rostro fuera de las redes sociales, justificándose en la “carrera de alto rango de su padre”, lo que, según él, requería precaución y privacidad.
Intuición reveló una cruda realidad
Al principio, Megan aceptó sin cuestionar la petición de Bertie, pero pronto empezaron a surgir señales de alarma. Notó que llegaban cartas dirigidas a nombres desconocidos en su hogar, una situación que su prometido explicó como correspondencia para antiguos inquilinos.
Sin embargo, la duda permanecía, por lo que decidió investigar por su cuenta y descubrió, a través de Internet, la verdadera identidad de Bertie: su nombre real era Robert, y estaba involucrado en múltiples fraudes utilizando identidades falsas y tarjetas de crédito ajenas.
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El impacto fue devastador. Se dio cuenta que no solo había sido manipulada emocionalmente, sino que, además, las deudas de su amado la habían comprometido financieramente, dejándola con pérdidas de miles de libras.
Tras descubrir el engaño, la mujer y su familia acudieron a la Policía, pero las autoridades no lograron recuperar el dinero. “Fuimos a la Policía y denunciamos el fraude”, comentó Megan en una entrevista con ‘The Sun’. “Pero, por desgracia, no pudieron hacer gran cosa”. Finalmente, el sujeto fue arrestado y condenado a cinco años de prisión por sus crímenes; sin embargo, en 2022 logró escapar y permanece prófugo.
Hoy, Megan continúa trabajando para superar esta difícil etapa y cubrir la deuda de más de 30 mil libras (casi 20 millones de colones) que su exprometido acumuló a su nombre. A pesar del dolor, ha compartido su historia con la intención de advertir a otras personas sobre los peligros de caer en las manipulaciones de estafadores románticos.