Los escándalos que se hacían en la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte serán cosa del pasado ya que este martes empezaron a desmantelarse los enormes altavoces que emitían propaganda de ambas naciones.
Quitar decenas de enormes parlantes fue parte de un acuerdo sobre reconciliación que acordaron los jefes de Estado de ambas Coreas en su histórica cumbre del viernes pasado.
En el caso de los altavoces ubicados en el sur y que mandaban mensajes al norte, estos fueron instalados en 1963 como consecuencia de la guerra de Corea (1950-1953). Transmitían noticias, música contemporánea (especialmente pop) y los pronósticos del tiempo.
Como respuesta a esto, Pionyang instaló unos que ponían música comunista y elogios al régimen de Kim Jong Un.
Los altavoces funcionaban las 24 horas del día y tenían un alcance de 10 a 20 kilómetros, dependiendo si era día o noche. Aunque los parlantes surcoreanos eran más potentes.
Primer paso
No está claro si estas medidas podrán conducir a una paz permanente porque en la cumbre no hubo avances importantes en materia del enfrentamiento nuclear con Corea del Norte.
Soldados surcoreanos desarmaron los altavoces en varias zonas de la frontera en presencia de los periodistas, a los que luego obligaron a alejarse del lugar, dijo el ministerio de la Defensa.
Un oficial de ese país, que habló bajo la condición reglamentaria de anonimato, dijo luego que Corea del Norte había iniciado el desmonte de sus altavoces horas antes.
Ambas Coreas habían suspendido las transmisiones de propaganda en la frontera de 248 kilómetros la semana pasada, antes de la cumbre.
Además, el líder norcoreano Kim Jong Un ha suspendido los ensayos nucleares y misilísticos y ha dicho que su programa nuclear es negociable, pero persiste el escepticismo acerca de la seriedad de su oferta y las medidas de desarme que estaría dispuesto a tomar.
Algunos expertos dicen que su sinceridad estará puesta a prueba durante la reunión con el presidente estadounidense Donald Trump, prevista para dentro de algunas semanas, en lo que sería la primera cumbre entre Corea del Norte y Estados Unidos desde el fin de la guerra de Corea de 1950-1953.
En la cumbre del viernes, Kim dijo al presidente surcoreano Moon Jae-in que cerraría el único sitio conocido de ensayos nucleares en su país y que permitiría la presencia de expertos y periodistas extranjeros durante el proceso.
También dijo que estaría dispuesto a abandonar sus programas nucleares si Estados Unidos se comprometiera formalmente a poner fin a la guerra de Corea y a no atacar a Corea del Norte, según el despacho presidencial norcoreano.
Durante una conversación telefónica el martes con el secretario general de la ONU Antonio Guterres, Moon dijo que la ONU debe presencial el cierre del sitio de ensayos Punggy-ri.
También pidió que la ONU declare formalmente su apoyo a la declaración de la cumbre. Guterres respondió que tratará de contribuir a la instauración de la paz en la península, de acuerdo con el despacho presidencial.