Cuatro sacerdotes y un seminarista fueron hallados culpables de conspiración en Nicaragua y podrían ser condenados hasta a 10 años de prisión, denunció ayer un organismo de derechos humanos, que pidió la intervención del Vaticano para acabar con lo que llama una persecución contra la Iglesia católica.
Tras un juicio que duró cuatro días, los religiosos, quienes fueron aprehendidos a mediados de agosto del 2022 junto con el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, fueron hallados culpables y permanecerán en la prisión El Chipote, en la capital Managua. Allí esperarán la condena, que se definirá en una audiencia el 3 de febrero.
Álvarez, el jerarca católico de más alto rango detenido en Nicaragua y un fuerte crítico del gobierno del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, está bajo arresto domiciliario y será juzgado por el delito de conspiración en un proceso aparte.
“Este hecho plantea un reto a los dirigentes de la Iglesia católica, les pedimos que reaccionen, no pueden seguir callando. Prácticamente el régimen ha encarcelado a una diócesis entera”, dijo en un comunicado el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, que añadió que la fiscalía pidió una condena de 10 años para los religiosos.
Campaña incesante
En el 2022 y lo que va del 2023, nueve sacerdotes han sido condenados en Nicaragua: siete de ellos por conspiración o propagación de noticias falsas y sentenciados a entre 8 y 10 años de cárcel.
Ortega ha señalado a los obispos y sacerdotes de intentar derrocarlo mediante un golpe de Estado en el 2018, cuando se desataron protestas contra su régimen.
Las relaciones entre la Iglesia católica y el Gobierno se deterioraron cuando los religiosos criticaron la forma en la que Ortega reprimió las protestas sociales en las que murieron 360 personas, la mayoría opositores a su gobierno autocrático, según organismos de derechos humanos.
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Este jueves último, dos ciudadanas francesas, esposa e hija de un opositor en el exilio, fueron condenadas a ocho años de cárcel acusadas de conspiración.