Un responsable policial ucraniano de la región de Lugansk (este del país) acusó este domingo a Rusia de bombardear su localidad con bombas de fósforo, mientras que un ataque perpetrado en la región cercana de Dontesk causó 30 heridos en un monasterio.
Según Oleksi Biloshytsky, jefe de la policía de Popasna, una ciudad situada a un centenar de kilómetros al oeste de Lugansk, las fuerzas rusas utilizaron bombas de fósforo en su municipio.
“Es lo que los nazis llamaban una ‘cebolla ardiente’, eso es lo que los ‘rusistas’ (combinación de “rusos” y “fascistas”) están soltando en nuestras ciudades. Sufrimientos indescriptibles e incendios”, indicó en Facebook.
Esa información era imposible de verificar inmediatamente.
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“El fósforo blanco es un sólido ceroso de olor parecido al ajo. Arde fácilmente al contacto con el oxígeno y forma una densa cortina de humo blanco que oculta los movimientos de las tropas.
“El uso de estas bombas está admitido internacionalmente para esa función, pero no para lanzarlas sobre la población civil, pues las partículas incandescentes de fósforo producen profundas quemaduras”, informa la revista “Muy interesante”.
30 heridos
Más al sur, en la región de Dontesk, el monasterio de Sviatogurisk, donde se habían refugiado cerca de 1.000 personas, fue blanco de un bombardeo que hirió a al menos 30 personas, según la fiscalía general ucraniana.
Un poco antes, el jefe de la región militar de Dontesk, Pavlo Kirilenko, había indicado que un tren que transportaba evacuados rumbo a Leópolis, en el oeste, fue bombardeado el domingo de madrugada, causando un muerto y un herido.
Esas localidades se encuentran en partes de las regiones de Lugansk y de Donetsk que no formaban parte de las “repúblicas” separatistas prorrusas autoproclamadas antes de que empezara la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero.