Un maestro de la escuela Marjory Stoneman Douglas en Parkland, una ciudad a unos 80 kilómetros al norte de Miami, en la cual Nikolas Cruz de 19 años abrió fuego contra todo lo que se moviera, declaró al diario Miami Herald que Cruz había sido identificado anteriormente como una amenaza potencial para sus compañeros de clase.
“El año pasado nos dijeron que no se le permitía ingresar a la escuela con una mochila”, dijo el maestro de matemáticas Jim Gard. “Hubo problemas con él el año pasado por amenazas a los estudiantes, y creo que se le pidió que abandonara las instalaciones”.
Una fuente de la policía dijo a CBS News que el atacante activó una alarma de incendio antes de empezar a disparar.
El tiroteo, uno de 18 registrados en Estados Unidos desde el comienzo del año, vuelve a poner sobre el tapete la epidemia de violencia armada en el país y el fácil acceso a las armas de fuego, que dejan 33.000 muertes anuales.
“Es un día horrible para nosotros”, dijo el superintendente del distrito escolar, Robert Runcie.
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La alcaldesa de Parkland, Christine Hunschofsky, dijo a CNN que habló con varios estudiantes tras el tiroteo que comenzó sobre siete de la noche del Día de San Valentín. “Estaban muy asustados”, afirmó. “Y casi en estado de shock cuando salieron”.
Consultada sobre la seguridad en la escuela, a la que asisten unos 3.000 estudiantes, Hunschofskyn dijo que había siempre un oficial de policía presente y que las instalaciones tienen un ”único punto de ingreso”.
La televisión mostró estudiantes evacuando el lugar, algunos con los brazos en alto, mientras oficiales de policía con cascos, chalecos antibalas y armas automáticas vigilaban varios puntos alrededor del complejo escolar.
Joseph Panikulangara contó que su sobrina Dhiya de 17 años, estudiante de último grado de la escuela, le avisó lo que estaba ocurriendo por mensaje de texto, y le dijo que era un “caos en todas partes”. “Esto es muy triste, muy triste para mí y para mi familia”, dijo a AFP.
Jeiella Dodoo, otra alumna, contó a CBS News que primero creyó que era un simulacro de rutina. Después de que sonó la alarma “escuché seis disparos. Y luego algunas personas empezaron a correr y luego todo el mundo empezó a correr porque pensamos ‘Si es real, entonces simplemente a correr’”.
Caesar Figueroa dijo a CNN que su hija estaba escondida en un armario, mandando mensajes de texto a su familia. Estaba con 10 amigos. “Una ventana estalló y todo el mundo gritaba y corría. Entonces corrió al armario”, contó.
Desde enero de 2013, “ha habido al menos 283 tiroteos en escuelas en todo el país, lo que promedia una escuela por semana”, según Everytown for Gun Safety, un grupo sin fines de lucro que promueve el control de armas.
Desde la masacre de 2012 en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, donde 20 niños y seis adultos fueron asesinados a tiros, los procedimientos de alerta y los simulacros de emergencia se han multiplicado en las escuelas de Estados Unidos.
El objetivo es que los alumnos sepan cómo reaccionar ante una persona que abre fuego al azar.