EscucharProbablemente hacía siglos que los romanos no se mostraban tan apasionados por lo que ocurría en el Coliseo, y no es por el reciente estreno de la secuela de Gladiador de Ridley Scott.
Un plan del Coliseo y Airbnb para dar a un grupo selecto de personas la oportunidad de dar rienda suelta a su “gladiador interior” en el lugar más visitado de Italia ha causado indignación entre muchos romanos que dicen que degrada un preciado icono cultural.
Durante dos noches de mayo, un total de 32 personas aprenderán el arte de la lucha de gladiadores en la antigua arena, impartidas por aficionados a la historia romana especializados en recreaciones históricas.
El proyecto es una colaboración entre el Parque Arqueológico del Coliseo y Airbnb, la plataforma de reservas de alojamiento, que ha donado 1,5 millones de dólares para acondicionar una exposición permanente en el interior de la arena.
El objetivo, dijo Airbnb, “era apoyar el trabajo de conservación en curso del Coliseo para encontrar nuevas formas de inspirar y educar a los visitantes sobre la importancia histórica de esta época pasada”.
Pero algunos romanos y líderes culturales han dado a la iniciativa un enfático pulgar hacia abajo (aunque el emperador hacía tal gesto para condenar a un luchador en la película original de Gladiador, los académicos no están seguros de la dirección a la que apuntaban realmente los pulgares en las arenas antiguas para tales fines).
Las representaciones de las luchas de gladiadores en la película son en gran medida incorrectas: estaban más reguladas, eran menos espantosas y había menos muertes.
“Estamos en contra de transformar el Coliseo en un parque temático”, dijo Massimiliano Smeriglio, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Roma.
Dijo que pronto se reuniría con funcionarios de Airbnb para intentar que la empresa cambie de opinión.
“Estamos a favor si una empresa decide patrocinar un monumento o una restauración”, dijo, “pero no debería ser necesario obtener nada a cambio”.
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Federico Mollicone, legislador de Hermanos de Italia, partido de la presidenta del Consejo de Ministros, Giorgia Meloni, desestimó las críticas como las opiniones de un sector “radical chic” de Roma que trataba la arena “como algo sagrado”.
El Coliseo, señaló, se construyó para el entretenimiento rudo y violento. Añadió que los juegos de gladiadores ya eran atracciones turísticas en otras arenas históricas, como la de Nimes, Francia.
“No tienen nada de malo”, dijo Mollicone, cuyo gobierno de centro-derecha aprobó este año una ley que apoya la promoción de recreaciones históricas.
Los críticos también plantearon dudas sobre la implicación de Airbnb en un momento en el que muchas ciudades europeas luchan por equilibrar las necesidades de los locales con una floreciente industria turística pospandémica facilitada por las plataformas de alojamiento.
Este verano, la reacción negativa contra el turismo de masas se ha traducido en protestas en muchas ciudades, como Barcelona y Atenas.
En Roma se han manipulado las cajas de seguridad para llaves, pero puede que pronto sean cosa del pasado. El mes pasado, el Ministerio del Interior promulgó una medida que exige que los huéspedes se identifiquen físicamente al registrarse, y las cajas de seguridad para guardar llaves no la cumplen.
El efecto de los alquileres de corta duración en Roma ha sido “enorme”, dijo Fabrizio Nizi, vocero de Spin Time Labs, una asociación de inquilinos que aboga por una vivienda asequible.
Dijo que los estudios sobre el mercado del alquiler en Roma basados en estadísticas del gobierno mostraban un fuerte aumento en los últimos años del número de apartamentos de alquiler a corto plazo frente a los de alquiler a largo plazo.
Dijo que la llegada prevista en 2025 de millones de peregrinos con motivo del Jubileo, que la Iglesia católica celebra tradicionalmente cada 25 años, solo empeoraría las cosas.
“Debería haber habido más sensibilidad” por parte del Coliseo, una institución nacional, “porque Airbnb abrió el camino a la destrucción de nuestras comunidades”, dijo Viviana Piccirilli Di Capua, coordinadora de una asociación de residentes en el centro de Roma, donde numerosos residentes aseguraron que los propietarios no estaban renovando los contratos de alquiler.
Aunque los romanos suelen indignarse por muchos problemas de su ciudad —desde la basura no recogida hasta los baches—, pueden ser especialmente sensibles con el Coliseo.
El año pasado se armó un alboroto cuando Elon Musk retó a Mark Zuckerberg en las redes sociales a “un combate en jaula”, y se rumoreó que el Coliseo podría ser el escenario.
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El icónico monumento “siempre suscita grandes emociones y debates”, lamentó una vocera de Airbnb.
“Emergencia kitsch en el Coliseo”, escribió Massimiliano Tonelli, director editorial de una revista de arte, en un desdeñoso editorial sobre el plan de los gladiadores.
En una entrevista, dijo que Ars Dimicandi y Gruppo Storico Romano, las dos asociaciones de recreación histórica implicadas en el proyecto, no estaban cualificadas, una valoración que ambos grupos y los funcionarios del Coliseo rechazan.
En junio, el Coliseo firmó un acuerdo con los dos grupos para desarrollar proyectos que promuevan una mejor comprensión de la lucha entre gladiadores.
La colaboración con Airbnb, dijeron los funcionarios en un comunicado, tenía como objetivo “mejorar el patrimonio histórico y cultural” del anfiteatro “sobre la base de un riguroso trabajo de investigación histórica”.
