“Te entendí más a ti que a este aparato”, le dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al de Argentina, Mauricio Macri, luego de tirar el audífono de la traducción al suelo.
El curioso hecho ocurrió durante la cumbre de presidentes G20, la cual se está llevando a cabo en Argentina.
El ruido del traductor contra el piso del salón Blanco, arrojado por Trump en forma de berrinche, antes de él mismo dar su declaración a la prensa, fue una muestra del carácter intempestivo del presidente norteamericano.
Para mala suerte de los argentinos, ese no ha sido el único pacho que ha ocurrido en la importante reunión de mandatarios.
Uno de ellos fue cuando un canal de la televisión de ese país estaba trasmitiendo la llegada del presidente de China. Una vez que el avión aterrizó y bajaron las escaleras, bajó un chino con saco y corbata de primero y una banda que estaba en esperándolo, comenzó a tocar.
Los periodistas dijeron que ahí estaba el mandatario asiático, sin embargo, tanto ellos como los mismos músicos se confundieron y comenzaron a hacerle los honores a otra persona. El presidente seguía bien sentadito dentro de la aeronave.
Para terminarla de hacer, el periodista que estaba en vivo dijo: “Es difícil reconocerlos”. Un usuario de Twitter compartió el vacilón hecho y escribió: “Me puedo morir”.
Continuando con las congojas, el avión que transporta a la canciller alemana, Angela Merkel, tuvo que realizar un aterrizaje no programado debido a problemas técnicos, informó el jueves la agencia de noticias alemana dpa.
El Airbus del gobierno que se dirigía a Buenos Aires tuvo que darse vuelta sobre Holanda más o menos una hora después de despegar.
Por último, un temblor de 3,8 sacudió Buenos Aires la mañana de este viernes.
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El meneón llegó justo en el momento en que el presidente Macri realizaba la instalación formal de la cumbre del G20. La profundidad fue de 25 km.
Todo eso, sumado a la final de la Copa Libertadores que se tuvo que suspender dos veces y se terminará jugando en España por actos de violencia de los hinchas de River Plate, los argentinos deben estar deseando que se los trague la tierra.