El príncipe Guillermo explicó este jueves que seguir el féretro de su abuela Isabel II le devolvió malos recuerdos de cuando era un adolescente y tuvo que hacer lo mismo con el de su madre, la princesa Diana.
Guillermo, que ahora es príncipe de Gales y heredero a la corona de su padre, Carlos III, charló con la gente que dejaba flores en tributo a su abuela ante la residencia real de Sandringham, en el este de Inglaterra, acompañado de su esposa Catalina, princesa de Gales.
“Hacer el recorrido de ayer a pie fue difícil. Me trajo unos cuantos recuerdos”, dijo Guillermo, de 40 años, a un grupo de ciudadanos, como podía escucharse en unas imágenes de la televisión Sky News.
Acompañado de su padre, sus tíos, y su hermano Enrique, Guillermo siguió a pie el traslado del féretro de su abuela desde el palacio de Buckingham al parlamento británico, donde se instaló la capilla ardiente.
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En 1997, los dos hermanos, que tenían 15 y 12 años, tuvieron que hacer lo mismo tras el ataúd de su madre Diana, muerta en un accidente de coche en París.
“Es uno de esos momentos en que te dices: ‘Me he preparado para esto, pero no estaba tan preparado”, añadió.