¿Realmente Vladimir Putin planea usar armas nucleares en la guerra en Ucrania?
Eso parece bastante alejado de la realidad del conflicto, pero las amenazas de Putin forman parte de la lógica de la reciente táctica del presidente ruso.
Analistas y expertos occidentales consultados este domingo opinan que las declaraciones de Putin sobre la puesta en alerta de la disuasión nuclear es puro bluf (humo), pero al mismo tiempo un juego peligroso y un paso hacia adelante que muestran su frustración ante la resistencia militar ucraniana.
Una verdadera falsa amenaza
El presidente ruso dijo que había ordenado “poner las fuerzas de disuasión (armas nucleares) en alerta especial de combate”, lo que desencadenó fuertes protestas en Occidente.
Pero los expertos recuerdan que una parte de los arsenales nucleares, tanto en Rusia como en la OTAN, están permanentemente listas para su uso inmediato.
“Pueden activarse en diez minutos”, dijo Marc Finaud, experto del Centro de Políticas de Seguridad de Ginebra (GCSP). “Son ojivas ya colocadas en misiles (en tierra o submarinos) o son bombas que ya están a bordo” de los aviones de ataque.
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En un artículo publicado recientemente en el “Boletín de los Científicos Atómicos”, los expertos Hans Kristensen y Matt Korda afirman por su parte que cerca de 1.600 ojivas nucleares están desplegadas y listas para su uso.
“Dado que las fuerzas estratégicas rusas están siempre en alerta, la verdadera pregunta es si ha desplegado más submarinos o armado a los bombarderos”, dijo Hans Kristensen en Twitter el domingo.
Redoblar la apuesta
Los analistas hablan de un paso hacia adelante provocada por la situación militar.
“Existe frustración rusa con la resistencia ucraniana”, dijo David Khalfa, investigador de la Fundación Jean Jaurès en París.
En última instancia, el peligro para Putin no es entrar en una confrontación de alta intensidad “sino en una lógica de guerra de guerrillas urbana, con una alta probabilidad de bajas del lado de los soldados rusos”.
Eliot Cohen, experto del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington, también cree que Moscú había menospreciado la capacidad de resistencia ucraniana.
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“El hecho de que no tengan superioridad aérea es bastante revelador”, dijo. “Empezamos a ver la debilidad en el campo de batalla (...) no fueron capaces de ocupar una ciudad y mantenerla”.
Objetivo político
Mientras la ayuda y las donaciones occidentales fluyen hacia Ucrania, las declaraciones de Putin parecen un deseo de socavar la solidaridad de sus adversarios.
Putin “es un apostador, alguien que se arriesga. Intenta ponernos a prueba psicológicamente”, asegura Eliot Cohen.
“El aspecto psicológico es capital”, confirma David Khalfa, subrayando el intento de Putin de “disuadir a los occidentales de ir más allá en las sanciones económicas” que llueven sobre Rusia desde hace unos días.
Según el investigador, “todo el mundo se une a la bandera ucraniana y existe este deseo de abrir una brecha entre los gobiernos de la alianza y la opinión pública occidental”.
Pero, añade, “en opinión de todos los que conocieron a Putin, se aisló, encerrado en una lógica paranoica. Es un poco preocupante, es imposible leer su estrategia”.
Las verdaderas intenciones de Putin son más claras cuando sus declaraciones contradicen la doctrina rusa de la disuasión.
En junio de 2020, recuerdan Hans Kristensen y Matt Korda, Putin había aprobado los “principios básicos”, con cuatro casos que justificaban el uso del armamento nuclear: lanzamiento de misiles balísticos contra Rusia o un aliado, uso de un arma nuclear por parte de un adversario, ataque a un sitio de armas nucleares o agresión que ponga en peligro “la existencia misma del Estado”.
Nada de eso sucede hoy.
En cuanto a su posicionamiento internacional, Rusia había firmado en enero, con los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Estados Unidos, China, Francia y Gran Bretaña) un documento en el que reconocía que “no se podía ganar una guerra nuclear” e insistía en que “mientras existan (esas armas), deben servir para fines defensivos, disuasorios y de prevención de la guerra”.
Las declaraciones de Putin dan testimonio de “la ambigüedad, si no la hipocresía de este tipo de declaración”, lamenta Marc Finaud.
Pero incluso si el apocalipsis no está en el libreto de lo que ocurre en Ucrania, “siempre existe el riesgo de un error o falla, de una mala interpretación, o incluso manipulación”, recuerda el experto.
Y ese “hoy es un riesgo muy elevado”.