Nueva York
AP
Ocho meses antes de que la empresa propietaria del periódico National Enquirer pagase 150.000 dólares a una exconejita de Playboy que dice haber tenido una relación sentimental con Donald Trump, la firma hizo un pago de $30.000 unos ¢16 millones a otra persona menos conocida: un exconserje de uno de los edificios del presidente de Estados Unidos.
Igual que sucedió con la conejita, el Enquirer hizo firmar al conserje un contrato comprometiéndose a no hablar en público acerca de una jugosa información que podía perjudicar la campaña presidencial del hoy presidente.
El pago a la exconejita Karen McDougal se mantuvo en secreto hasta que The Wall Street Journal publicó la historia pocos días antes de las elecciones del 2016.
Desde entonces, la curiosidad sobre ese arreglo ha recibido mucha cobertura periodística y fue uno de los factores que motivaron esta semana una redada de las oficinas y de la habitación del hotel en que se alojaba el abogado personal de Trump Michael Cohen.
La historia del exportero o exconserje, Dino Sajudin, no había trascendido hasta ahora.
La Associated Press confirmó los detalles del pago mediante una revisión de un contrato confidencial y entrevistas con decenas de empleados y ex empleados del Enquirer y de su casa matriz, American Media Inc.
Sajudin cobró 30.000 dólares a cambio del compromiso “a perpetuidad” de no hablar del chisme que había escuchado sobre la vida sexual de Trump: que había tenido un hijo con una empleada de la Trump World Tower, un rascacielos de su propiedad cerca de las Naciones Unidas. El contrato fijaba una multa de un millón de dólares si Sajudin revelaba el rumor o los términos del acuerdo.
Cohen admitió a la AP que había hablado sobre la historia de Sajudin con la revista cuando el periódico trabajaba en ella. Dijo que hacía de representante de Trump y negó haber sabido nada de antemano sobre el pago al exportero.
Los parecidos entre las historias de la exconejita y del exportero con el periódico Enquirer plantean nuevos interrogantes acerca del papel que el periódico y Cohen pueden haber desempeñado en sus esfuerzos por proteger la imagen de Trump durante la campaña presidencial.
Fiscales están investigando si Cohen violó alguna ley en relación con el pago a la joven McDougal y otro desembolso de 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels que hizo Cohen de su propio bolsillo.
Durante la investigación de la AP, American Media amenazó con acudir a los tribunales por los intentos de la agencia de entrevistar a empleados y ex empleados de la empresa y contrató a la oficina de abogados Boies Schiller Flexner, que corroboró la veracidad de todo lo que publicaba la AP.
Los empleados del Enquirer, todos con años de experiencia en la negociación de contactos con fuentes informativas, dicen que la suspensión abrupta de la investigación, los hacen pensar que se trató de una típica maniobra usada por el periódico en la que paga por información que no usa, como favor hacia alguna celebridad o para presionar a alguien.