Ashok Kurmi, un trabajador social voluntario, está ayudando a los niños de los barrios marginales de Bombay, en India, a luchar contra el coronavirus utilizando un accesorio poco habitual: un traje de payaso.
Con un disfraz, maquillaje y una peluca con los colores del arcoíris, este ejecutivo de 37 años pasa sus días libres desinfectando espacios públicos, distribuyendo mascarillas y concienciando a la población sobre el covid-19.
“Los agentes municipales llevan un equipo de protección que asusta a los habitantes de las barrios más pobres, especialmente a los niños”, explica Kurmi.
"Utilizando diferentes disfraces, conciencio a la gente sin asustarla. Y puedo ayudarles un poco", asegura.
El año pasado se disfrazó de Santa Claus, Mickey Mouse o incluso de Spiderman. Pero su disfraz de payaso es el que ha tenido más éxito, dice.
En una reciente visita a Dharavi, el barrio de chabolas más grande de India, un grupo de niños le persiguió cantando “joker, joker” (payaso, payaso) a pleno pulmón, mientras enseñaban las palmas de las manos para desinfectarse.
Utilizando carteles y ayudas visuales, Kurmi les enseñó con paciencia a lavarse las manos y a utilizar correctamente las mascarillas.
"He trabajado en una empresa farmacéutica durante los últimos 15 años, pero el trabajo social es mi pasión", dice.
Se gasta unas 15.000 rupias (127.000 colones), un tercio de su salario mensual, en trajes, maquillaje y material sanitario, que distribuye entre las personas que se encuentra.
Ahora que Bombay se prepara para una tercera ola de contagios, sus esfuerzos parecen más importantes que nunca.
La pandemia está devastando India, con más de 28 millones de personas infectadas y más de 300.000 muertos.
A pesar de los riesgos de visitar estas zonas densamente pobladas de la ciudad, Ashok Kurmi no se deja intimidar.
“Hasta que esta pandemia termine, seguiré ayudando a la gente, vestido de payaso”, promete.