El hielo del Ártico se derrite, pero el secretario de Estado norteamericano se niega a hablar del cambio climático. Incluso, se niega a aceptar un texto que lo menciona.
Para el gobierno de Donald Trump, el derretimiento del hielo marítimo en el “extremo norte” del mundo parece, más que un drama ecológico, una oportunidad comercial a explotar, y vislumbra una nueva ruta para los barcos de carga que le haría competencia a los canales de Panamá y de Suez.
Mike Pompeo lo expresó claramente a lo largo de dos días de discusiones en Rovaniemi, en el Ártico finlandés, con los cancilleres de los ocho países miembros del Consejo Ártico: Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia.
“Las reducciones constantes del hielo marítimo abren nuevas rutas navales y nuevas oportunidades para el comercio al reducir potencialmente en 20 días el tiempo que necesitan los buques para navegar entre Asia y Occidente”, dijo en un discurso el lunes que fue recibido con un aplauso apenas formal.
“Las rutas marítimas del Ártico podrían convertirse en los canales de Suez y Panamá del siglo XXI”, aseguró Pompeo.
El canciller finlandés, Timo Soini, cuyo país entregará la presidencia bienal del consejo, dijo el martes que no hubo declaración final debido a que Estados Unidos se negaba a aceptar un texto que mencionara el cambio climático.
Solo se emitió un comunicado conjunto que reafirmaba el “compromiso de mantener la paz, la estabilidad y la cooperación constructiva en el Ártico”.
Soini dijo a la prensa que no quería “nombrar ni culpar a nadie” y que el resultado fue “suficientemente bueno” para todas las partes. Durante su presidencia, Finlandia se concentró principalmente en el cambio climático.
Un alto funcionario estadounidense, que habló a la prensa bajo la condición de anonimato, restó importancia a la falta de una declaración y defendió la posición de Pompeo de omitir la mención del “cambio climático”.
“Por la sola ausencia de cierta expresión, no se puede inferir que Estados Unidos tiene una posición antiambiental”, dijo el funcionario.
Pompeo reconoció que había inquietudes ambientales y dijo el martes que “el gobierno de Trump comparte su profundo compromiso con la administración ambiental”.
“El Ártico siempre ha sido un ecosistema frágil y su protección es nuestra responsabilidad compartida”, dijo Pompeo.
El secretario de Estado defendió también la decisión de Trump de retirar a Estados Unidos del acuerdo climático de París después de que un informe de la ONU sobre biodiversidad advirtió que más de un millón de especies vegetales y animales enfrentan la amenaza de extinción.