La ciencia encontró una muy buena forma para calmar a un bebé que llora: sostenerlo y caminar con él durante cinco minutos.

La medida, relajante y basada en evidencia, surgió de experimentos hechos en Japón e Italia y que fueron analizados y publicados en la revista “Current Biology”.

Los autores del artículo dijeron que esperaban que el hallazgo ayude a los papás estresados, sobre todo a los inexpertos.

“He criado a cuatro hijos” dijo en video la autora principal, Kumi Kuroda, del Centro RIKEN para la Ciencia del Cerebro en Japón. “Pero incluso yo no podía prever los resultados clave de este estudio hasta que surgieron los datos estadísticos”, añadió.

El equipo ya había estudiado la “respuesta de transporte” en mamíferos que dan a luz crías que no pueden cuidarse a sí mismas, como ratones, perros, monos y humanos. Vieron que cuando estos animales levantan a sus crías y comienzan a caminar, los pequeños se quedan tranquilos y su ritmo cardíaco se hace más lento.

Kuroda y sus colegas querían explorar esto más a fondo en humanos. Reclutaron a 21 parejas de madres y bebés de 0 a 7 meses de edad y las probaron en cuatro situaciones: alzados mientras se movían, sostenidos por sus madres sentadas, acostados en una cuna inmóvil o acostados en una cuna mecedora.

El llanto bajó y la frecuencia cardíaca se desaceleró en 30 segundos cuando se transportó a los bebés. Hubo un efecto similar cuando se mecieron, pero no cuando se mantuvieron inmóviles.

Esto sugiere que el hecho de que la mamá los alzara fue insuficiente para calmar a un niño y que caminar resultó muy importante.

Luego, observaron el impacto de alzar a los bebés durante cinco minutos y descubrieron que eso hizo que el 46% de ellos se durmiera y un 18% adicional lo hiciera en el minuto siguiente.

Esto demostró que el hecho de cargarlos no solo detuvo el llanto, sino que también promovió el sueño.

¿Y si se despabilan?

Pero había un problema: cuando se acostaba a los bebés, algunos se ponían alerta en 20 segundos. Los electrocardiogramas mostraron que la frecuencia cardíaca de los bebés aumentó en el momento en que se separaron de los cuerpos de su madre.

Sin embargo, cuando los bebés dormían durante un período de tiempo más largo antes de acostarlos, era menos probable que se despertaran.

Basados en la totalidad de sus hallazgos, los expertos recomendaron una serie de pasos para promover un sueño tranquilo: sostener al bebé y caminar con él durante cinco minutos, luego sentarse y sostenerlo entre otros cinco a ocho minutos, antes de acostarlo a dormir.

A diferencia de otros métodos, como dejar que el bebé llore hasta dormirse, esto les da un ambiente agradable.