El nacimiento de Juan Sebastián alegró inmensamente a Diana y Lorenzo en 2014; era el primer bebé que tenían como pareja. Decidieron planificar para que la familia no aumentara, pero no fueron uno ni dos los bebés que los sorprendieron luego. Diana quedó embarazada tres veces, pese a acudir a tres métodos anticonceptivos distintos.
“No hay bolsillo que aguante así 35 platos de comida al día”, señala Lorenzo Sabogal, quien con su trabajo de instalación de cámaras de seguridad mantiene el hogar. Su esposa Diana Lizarazo está al tanto de los niños: “Trabajaba, pero ahora es tenaz. Prefiero cuidarlos y no dejarlos con otra persona. Hasta ahí llegó mi proyecto de vida”.
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Tres bebés en tres años
Cuando le dieron la bienvenida a Juan Sebastián, Diana acudió a las pastillas como primer anticonceptivo. Sin embargo, se les ‘coló’ Silvana cuatro años después: en 2018 nació la pequeña.
”Preguntamos en la EPS Compensar (la CCSS de Colombia) cuál era el método de planificación que me servía. Nos dijeron que el DIU, que duraba más o menos 15 años y era eficaz. Tan pronto nació la niña me pusieron el DIU, pero a los ocho meses quedé embarazada nuevamente”.
Diana buscó respuestas porque no le parecía normal que el dispositivo intrauterino que le introdujeron en el útero fallara al poco tiempo. Según cuenta, los médicos no le dijeron si había quedado en una mal posición o si había sido expulsado, solo le indicaron que, como todo anticonceptivo, había un rango de error.
“Les dije a los médicos: ‘Ya tengo dos niños y con el que va a nacer son tres, definitivamente nosotros no queremos más hijos. Entonces, por favor, qué es lo último que hay para no tener más”, recuerda.
La ligadura de trompas o pomeroy fue la opción, con la que le cortarían las trompas de Falopio para cerrarle la puerta a un embarazo. Apenas nació su hija María en enero de 2020, le practicaron a Diana la cirugía en la IPS Clínica Magdalena, de Bogotá.
Meses después, mientras estaba al cuidado de sus bebés y el niño, descubrió que estaba embarazada por cuarta vez. Catalina nació en mayo de 2021 y de nuevo Diana ingresó al quirófano para la segunda ligadura de trompas.
”Yo llegaba a esa clínica cada año, los dos primeros embarazos en la misma cama al lado de la misma ventana. Ya me conocían y había el mismo murmullo entre las enfermeras que decían: ‘¿Qué le harían? Tan chiquita y no planifica’”.
Trabajar para comer
A sus 33 años, Diana hace maromas con el dinero que Lorenzo lleva a la casa con tal de que les alcance para la comida de los niños. Han tenido que dejar actividades de recreación de lado porque el “bolsillo no da para tanto”. Para que se haga una idea: una bolsa de leche para la familia completa se acaba en un día.
“Si nosotros salimos, primero, nos toca coger un taxi porque en bus es complicado con todos los niños. Además, uno se siente discriminado por la sociedad porque, un ejemplo, el taxista nos mira y nos dice: ‘¿Todos esos? Uy, no, mejor no los llevo’. (…) Así que para nosotros va primero la casa y la comida”.
¿Qué pasó con los métodos anticonceptivos?
“Esto no es normal. Yo inicié con una protesta contra Compensar y de ahí en adelante ellos nos han respondido que los métodos anticonceptivos pueden fallar. Pero por qué falla en una, dos y en tres ocasiones”, cuestiona Lorenzo, de 37 años, quien como último recurso se practicó la vasectomía tras el nacimiento de Catalina.
La familia Sabogal Lizarazo ha interpuesto decenas de solicitudes a la EPS exigiendo saber qué pasó. También se les hace extraño que la entidad les haya programado, en 24 meses, alrededor de 600 citas para las bebés.
Eso sí, aclaran que el resarcimiento no es por el nacimiento de las menores, ya que son su mayor alegría.
“No queremos que se confunda. Estamos buscando que de parte de la EPS, la Clínica Magdalena y el médico se resarzan los daños por el mal procedimiento y por no haberle informado en debida forma a la señora Diana cuáles eran los riesgos de la cirugía y cuál era de pronto el método de disminuir esos riesgos. A la señora Diana le practicaron las intervenciones, la mandaron para la casa, pero no le dijeron que podía quedar en riesgo y que debía alternarlo con otro anticonceptivo”, comenta el abogado de la pareja.
De acuerdo con la literatura médica, ningún método anticonceptivo es 100 % efectivo; siempre habrá un margen de error. Solo que -explica el abogado- los médicos con Diana no habrían sido claros, pues habría inconsistencias en los consentimientos informados.EL TIEMPO se contactó con los equipos jurídicos de la EPS Compensar y la IPS Clínica Magdalena, pero no obtuvo respuesta.
A la par, el Tribunal de Ética Médica de Bogotá concluyó que a Diana los médicos la instruyeron sobre los métodos anticonceptivos desde la consulta prenatal y que, de nuevo, todos los anticonceptivos “presentan un porcentaje de fallas”. Por tanto, no encontró “méritos” para formular cargos contra los doctores que le practicaron el DIU y la ligadura de trompas.
Tanto la EPS, IPS y el médico que le realizó la ligadura de trompas acudieron a una conciliación con la familia Sabogal Lizarazo en la Procuraduría. No hubo acuerdo. Diana y Lorenzo esperan continuar con la demanda, mientras los niños juegan y ven a sus padres luchar por servirles en la mesa un plato de comida.