Joanna Kowalczyk, una mujer de 29 años, rechazó un procedimiento en el hospital por una lesión en el cuello que sufrió durante un entrenamiento en el gimnasio y prefirió probar la terapia quiropráctica.
Según su historial médico, la joven sufría constantemente de migrañas y problemas de hipermovilidad articular. Además, tenía un trastorno del tejido conectivo no diagnosticado que la hacía bastante susceptible a disecciones articulares.
Estos desgarros en el revestimiento de las arterias, pueden llegar a poner en peligro la vida de las personas. Al enterarse de su lesión, la mujer asistió al hospital, en donde le informaron que debían realizarle un procedimiento para descartar una posible hemorragia debido a su condición médica.
A pesar de esto, Joanna decidió darse de alta por sí misma, no tomar el procedimiento como una opción y optó por un quiropráctico. En este lugar le diagnosticaron síndrome de la articulación facetaria cervical y le recomendaron realizarse algunos ajustes.
En las siguientes semanas se sometió a cuatro tratamientos de este tipo, en los que su quiropráctico desconocía por completo su historial médico y le hizo crujir el cuello para intentar aliviar el dolor.
En uno de estos ajustes, la señora Kowalczyk empezó a experimentar algunos mareos y sentía que la habitación en la que estaba le daba vueltas. Además, tenía visión doble, hormigueo en la mano y pie derechos, tenía algunas dificultades para hablar y vomitó.
Ante esto, los profesionales de la clínica le recomendaron buscar atención médica en un hospital, pero Joanna se negó. Más tarde el mismo día, los paramédicos tuvieron que tratar a la mujer luego de que empezara a presentar dificultades para hablar asociadas con un derrame cerebral.
Al día siguiente, la señora Kowalczyk se encontraba gravemente enferma con un nivel de conciencia bastante reducido y después de ser intubada para que pudiera respirar de manera correcta, murió.
Aparentemente Joana sufrió una disección arterial cuando se lesionó desde un principio en el gimnasio y cuando el profesional le realizó el movimiento en la base de su cabeza, provocó más desgarros agudos en la zona.
Según el forense: “Joanna Kowalczyk murió debido a una combinación de las consecuencias del tratamiento quiropráctico luego de un evento médico natural, en el contexto de una condición médica no diagnosticada”.
Ante esto, se ha desatado una investigación a los centros quiroprácticos por no pedir una historia clínica de sus pacientes antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento con ellos, pues no esto no permite que se desarrollen los procedimientos de manera adecuada y previniendo cualquier tipo de lesión o problema grave en los pacientes.