Virginia McCullough fue condenada a cadena perpetua tras asesinar brutalmente a sus padres y convivir con sus cadáveres durante cuatro años. En Inglaterra, el caso del asesinato de Lois y John McCullough estremeció a la sociedad por los actos cometidos por su hija de 36 años.
Según informó el medio ‘BBC NEWS’, los cadáveres de los padres de Virginia McCullough fueron hallados en setiembre de 2023, en su lugar de residencia. Sin embargo, los reportes forenses revelaron que ambos habían fallecido en junio de 2019. Tras matarlos, siguió usando sus tarjetas de crédito y gastando el dinero de sus pensiones.
Según lo que se dijo luego en el juicio, se habría gastado unas 150 mil libras (poco más de 100 millones de colones al tipo de cambio actual) entre las tarjetas de crédito y los dineros de las pensiones, pero nunca gastó en cosas caras o lujosas, nada que llamara la atención.
La mujer confesó a las autoridades que después de asesinar a su padre John, de 70 años, y a su madre Lois, de 71, los sepultó en una tumba casera que ella misma fabricó en un armario de la casa familiar.
Para lograr encubrir el crimen, la mujer se hizo pasar por sus progenitores, respondiendo llamadas, contestando mensajes y pagando facturas, como si nada hubiese pasado.
No obstante, el secreto de McCullough finalmente fue descubierto por la policía del Reino Unido que, después de recibir una alerta por parte del médico de cabecera de Lois y Jhon, abrieron una investigación por desaparición de personas.
Gracias a esto, la hija de la pareja fue puesta en la mira como la principal sospechosa, debido a su renuencia para dar información concreta del paradero de sus padres.
Cabe resaltar que los vecinos ya habían sospechado de las extrañas actitudes que tenía Virginia. Un amigo de la familia se preocupó después de que la mujer le informó que sus padres ya no vivían ahí, sino que se habían trasladado a Clacton.
En el momento en que las autoridades locales allanaron la casa, la mujer confesó su escalofriante crimen, sin demostrar ningún tipo de reacción emocional frente al suceso.
“Debo mostrarles lo que hay en el piso de arriba. Está el cuerpo de mi padre”, afirmó la mujer a la Policía. Los oficiales se negaron a subir, con el pretexto de querer preservar intacta la escena del crimen.
Por seguridad, la mujer fue esposada mientras se le cuestionaba el paradero de su madre, a lo que ella respondió que la anciana de 71 años se encontraba “detrás de la cama, al fondo, al lado del lavamanos”.
Tras realizar las investigaciones correspondientes, el informe judicial reveló que McCullough compró guantes de plástico y bolsas de dormir para envolver los cadáveres.
¿Cómo fueron los asesinatos?
Virginia McCullough premeditó el asesinato de su padre, suministrándole un coctel de drogas en una bebida, según confesó a las autoridades. Con esa misma mezcla, ella también planeaba matar a su mamá.
La fiscal Lisa Wilding relató que, aunque la dosis suministrada mató al padre, la mezcla solo logró sedar a Lois. Por miedo a ser descubierta, Virginia McCullough golpeó a la mujer en repetidas ocasiones con un martillo, para después apuñalarla en el pecho con un cuchillo de cocina.
“Cuando la golpeaba era como si alguien tocara mal el xilófono, lo quisiera o no”, le dijo a los oficiales.
La justicia británica condenó a Virginia McCullough a cadena perpetua, con una pena mínima de 36 años antes de poder considerar su posible liberación.
Al momento de confesar su delito, pronunció un inquietante mensaje a uno de los agentes: “Anímate, al menos atrapaste al malo”.
El juez Jeremy Johnson, al dictar sentencia, le dijo a la mujer: “Piensas más en el dinero que en la humanidad. Tus padres tenían derecho a sentirse seguros en sus propias camas y en su propia casa, y tenían derecho a sentirse seguros con su hija. Sin embargo, tomaste la decisión plena, consciente y deliberada de asesinar a cada uno de tus padres”.