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Marcela Ortiz, madre de Santiago Salazar Ortiz, de solo un año y tres meses, denunció la muerte de su bebé en extrañas condiciones en el hospital Mario Gaitán Yanguas, del municipio de Sibaté.
Todo comenzó el día miércoles 21 de septiembre, cuando el niño presentó un brote en la mejilla derecha. Hasta ese momento se veía muy normal. “El día viernes decidimos ir al hospital porque el brote se le había extendido a otras partes del rostro y cuerpo”, contó la mujer. En el hospital, una médica general le informa a la familia que es un herpes zóster y que se podía tratar con algunas medicinas.
“Comenzamos con el tratamiento, pero el niño no presenta mejoría. El día domingo 25 de septiembre, otra vez nos fuimos al hospital. Estaba muy brotado”. Llegaron al lugar a las 6 de la mañana y les dijeron que tenían que esperar al pediatra. “Los signos estaban normales, pero el especialista no llegó hasta las 9:45 de la mañana. Yo le conté todo. Ella me dijo que estaba mal diagnosticado y que lo que tenía el niño era una bacteria”. Les dijeron que había que iniciar un tratamiento de antibióticos y proceder a una hospitalización.
“Allá el niño tuvo una crisis de piquiña. Le dieron loratadina, y mientras yo hacía la apertura de la historia clínica se me acercó un enfermero con una jeringa y un medicamento que le aplicaron a mi bebé”. Luego, el paciente comenzó con un fastidio mayor, lo canalizaron y luego se quedó dormido. “Solo en ese momento le hicieron exámenes. Luego, cuando el enfermero le inyectó el suero, el niño cambió de color y comenzó a convulsionar”.
La madre, angustiada, pidió ayuda. “La pediatra me lo quitó de los brazos y comenzó a hacerle reanimación porque estaba sufriendo un paro respiratorio. Esa pasó por media hora, le pusieron 12 inyecciones de adrenalina, electrochoques, pero él no respondió. Me dijeron que había muerto”.
El dolor tiene sumida a esta familia en un drama, pues les dijeron que al niño se le tenía que hacer una necropsia. “Al comienzo no nos querían entregar a mi bebé, y (dijeron) que no se le podía hacer la necropsia en ese hospital, pero ninguno quería aceptarlo. Vivimos un calvario. No nos querían entregar al bebé. Luego me dijeron que podía ir a la Fiscalía”, relató Marcela.
Tras esa diligencia recibieron al niño en el hospital de Kennedy, donde finalmente los atienden y les dicen que si quieren iniciar un proceso de judicialización apenas ven el cuerpo del menor. “Hoy ya comenzamos un proceso con Fiscalía porque queremos saber qué fue lo que le pasó a mi hijo”, dijo Franklin Salazar, padre del niño. Él y su esposa reclaman un pronunciamiento del hospital que atendió a su hijo. “No fueron capaces de decirnos por qué murió. Nunca nos explicaron el porqué del brote. El niño nunca tuvo diarrea, fiebre o vómito. No tuvo malestares graves. No tenía por qué morir. Tengo testigos que certifican que mi niño no estaba grave. Esto no se va a quedar así”, le dijo a EL TIEMPO de Colombia el padre del niño.
¿Qué dice el hospital?
EL TIEMPO de Colombia se comunicó con Alexandra González, gerente del hospital Mario Gaitán Yanguas, del municipio de Sibaté. Dijo que el menor, de 15 meses de nacido, ingresó a las instalaciones de la institución, remitido de Sibaté el pasado domingo 25 de septiembre, a las 6:30 de la mañana, al servicio de urgencias pediátricas.
Agregó que el paciente presentó complicaciones en su estado de salud y que el personal médico actuó de manera oportuna, brindando maniobras de reanimación avanzada y protocolos de urgencias. La entidad está realizando la debida investigación, con todos los medios y recursos adecuados ajustados a la ley para esclarecer los hechos. “Nuestra entidad lamenta profundamente lo sucedido con el menor, y reiteramos nuestras más sentidas condolencias a sus padres y familiares”, concluyó.
