Diferentes medios de comunicación han dado a conocer la historia de Karlee Ozkurt, una joven de Wisconsin, Estados Unidos, que empezó a vapear en 2018, cuando tenía 15 años. Ahora, lucha por dejar su adicción luego de que sus pulmones colapsaran dos veces y los médicos redujeran su esperanza de vida.
La joven empezó a vapear por influencia de sus amigos y para encajar en el grupo. Aceptó que al principio no le gustaba pero luego desarrolló una adicción y llegó a tomar hasta 600 inhalaciones por día.
Luego, para noviembre de 2021, el pulmón derecho de Ozkurt colapsó mientras vapeaba en el trabajo. El dolor fue tal que después de permanecer unas horas en su casa, decidió ir a ver a un médico y terminó en urgencias por el dolor en el pecho, espalda y la dificultad para respirar que tenía.
Con una radiografía de tórax, los médicos descubrieron que el pulmón había colapsado en un 50 por ciento, por lo que lo inflaron manualmente con una jeringa y le recomendaron no seguir usando cigarrillos electrónicos.
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Sin embargo, aunque intentó dejar el hábito, volvió a vapear y un año después, en noviembre de 2022, el pulmón volvió a colapsar luego de presentar un grave resfriado por varios meses.
“Después de una tomografía computarizada y de operarme el pulmón, mi médico notó algunas cicatrices reales en la parte inferior y a lo largo del mismo”, dijo la joven para la agencia SWNS. “Cuando estuve consciente, le pregunté qué podría haberlo causado y me dijo que sin duda se debía al vapeo”, agregó.
“Nunca piensas que te va a pasar este tipo de cosas, pero me pasó a mí. Sentí como si mi pulmón estuviera ardiendo”, dijo Ozkurt al citado medio.
Los médicos tuvieron que fusionar su pulmón con la pared torácica mediante sustancias químicas, para hacer que los órganos se inflaran y desinflaran como debe ser, explicó el Daily Mail.
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“No es necesario vapear para vivir (…) Se necesitan tres o cuatro semanas para romper un hábito; no quiero que sea así el resto de mi vida”, le dijo al Daily.
Incluso, señaló que los médicos le dijeron que podría vivir menos por la condición de sus pulmones: “Lo preocupante es que todavía no sé si he causado un daño irreparable porque desconocemos los efectos a largo plazo. Podría morir a los 40 o 50 años, y todo debido a un hábito de cinco años al que me presionaron mis compañeros”.
Ozkurt se está esforzando por dejar su adicción tomando 1 mg de Chantix, que actúa sobre el cerebro de la misma manera que la nicotina, ayudando a que la persona deje de fumar o, en este caso, de vapear.