El certamen Miss Universo dio un paso hacia la inclusión al eliminar el límite de edad, permitiendo así la participación de mujeres embarazadas y madres, algo que durante décadas estuvo restringido.
Este cambio motivó a Logina Salah, quien no solo representó a Egipto en la competencia nacional, sino que se convirtió en la primera reina de belleza con vitiligo en unirse al concurso internacional.
“Cuando supe que algunos de los requisitos de participación habían sido cancelados, me emocioné y presenté mi candidatura”, comentó Salah, de 34 años, en una entrevista con el medio Ahram Online del portal egipcio Al-Ahram.
La modelo mencionó que antes “las restricciones anteriores del concurso eran desafiantes, como que las concursantes debían ser solteras y menores de 30 años. Una vez que me enteré de que esos requisitos habían sido cancelados, me animaron a participar”.
Una trayectoria de perseverancia y aceptación personal
Logina, nacida en Alejandría en 1990, comenzó a notar la pérdida de pigmentación en su piel a los ocho años, luego de sufrir de lupus, una condición que le marcó desde pequeña. Pese a su deseo de ser modelo desde una temprana edad, las reacciones de quienes la rodeaban parecían quitarle el aliento.
“Vivía en Alejandría y un día les conté a mis amigos que quería ser una modelo internacional. Pude ver una risa sarcástica en sus ojos y me preguntaron cómo pensaba lograrlo”, recordó Salah en el canal de YouTube Dose Of Emirates.
A pesar de las dudas externas, continuó su lucha interna durante más de 15 años para aceptar y amar su piel. “Todo el mundo pensó que no lo iba a lograr, que mis sueños eran muy lejanos. Pero todos los sueños empiezan con un simple paso y ese paso es creer en uno mismo”, afirmó, compartiendo un consejo que la inspira: “Si escuchan las opiniones de todos, si esperan a que la validación venga de otros, no lo conseguirán”.
Aunque en un principio estudió contabilidad y se desempeñó como maquilladora, su carrera fue transformándose en el ámbito del modelaje, donde se ha vuelto popular en las redes sociales, acumulando 1,8 millones de seguidores en Instagram. Su ascenso comenzó luego de compartir una foto al natural, sin maquillaje, y desde entonces ha usado sus plataformas para motivar a jóvenes y mujeres a superar estereotipos.
Inspiración como madre y modelo de fortaleza
Además de modelo, Salah es madre de una niña de 9 años, una experiencia que vino después de enfrentar dos abortos. “Como una mujer que sufría de lupus causante de aborto involuntario, me dijeron que tener hijos es casi imposible, y todos los llantos y desamor valieron la pena”, escribió en el último cumpleaños de su hija.
La modelo también reflexionó sobre cómo el vitiligo ha cambiado su vida: “Me ha hecho una persona mucho más fuerte. Siempre agradezco los días que pasan sin dificultades, pero también he aprendido a afrontar las subidas y los retos que he tenido que afrontar”. Agregó que “todas las dificultades pasarán y no son permanentes, y que las lecciones aprendidas son las que permanecen”.
Salah representará a Egipto el próximo 16 de noviembre en México durante el certamen Miss Universo, un evento que considera una responsabilidad y un orgullo. “Siempre aspiro a que el nombre de Egipto sea reconocido a nivel mundial, especialmente porque este concurso es uno de los más grandes y famosos del mundo en el ámbito de la belleza”, indicó. Además, subrayó la importancia del mensaje que acompaña a cada participante: “Miss Universo da gran importancia a una persona con un mensaje, en lugar de centrarse sólo en la belleza o el físico de una chica”.
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Con una firmeza que ha marcado su vida, Salah aseguró que su participación busca inspirar a otras. “Participaré en el certamen Miss Universo porque es una competencia genuina, resalta el mensaje y los esfuerzos por lograrlo a través del trabajo social o la caridad”, expresó.