Ganar un abanico no es algo común en los concursos de belleza, pero en Miss Talavera Bruce sí.
El concurso que se realiza, desde hace varios años, en una cárcel de Río de Janeiro, busca "reconstruir la autoestima de las presas", según Janaina Fernandes, directora de Talavera Bruce a EFE.
Desde hace doce años, las reclusas esperan con ansias el tradicional concurso que inicia cinco meses antes seleccionando candidatas para la gala final.
La cárcel tiene 450 prisioneras de las cuales unas 150 se inscriben para el concurso, pero solo 10 con belleza, buen comportamiento y excelente pasarela logran llegar a la final.
"Primero pasamos una lista para ver quién está realmente interesada en participar. Después vemos su comportamiento, para ver si es bueno y hacemos una selección para ver la belleza, como se desenvuelve en la pasarela... hasta tener las diez finalistas", aseguró Fernandes.
En una sala de la prisión, las candidatas son maquilladas, peinadas y vestidas con los mejores trajes que proporcionan una ONG y una iglesia evangélica.
Cuando las 10 mujeres están listas caminan entre las celdas, donde son piropeadas y chifladas por el resto de compañeras hasta llegar al patio donde son esperadas por sus familiares, jurados y las personas que hacen posible el concurso.
Las candidatas desfilan dos veces en orden alfabético, hacen una pausa para saludar a sus familiares mientras el jurado delibera y posteriormente anuncian a las ganadoras.
El tercer lugar obtiene una secadora de pelo, el segundo una plancha y la ganadora un abanico.
Este año la reina fue Mayana Rosa, de 26 años, quien fue condenada a 45 años por formar parte de una banda de chicas que asaltaba y robaba camiones de carga.
"El ventilador es útil porque hace mucho calor y hay muchos mosquitos. Si lo hay de nuevo, espero participar. Esta vez engordé 5 kilos y espero perderlos para el año que viene, o estar bendecida y no estar aquí. Entonces dejaré la faja, que trae suerte, para otra persona", dijo la ganadora.