La vida nos da sorpresas, afirma la conocida canción. Y hay sorpresas que a veces son enormes y difíciles de asimilar.
Tal es el caso de esta historia, que ocurrió en Nigeria (África), y que hace pensar en aquella canción conocida como “Capullo y Sorullo”, pero con algo más de drama.
Un hombre de 57 años, del cual no se supo la identidad, decidió hacerles un examen de ADN a cada uno de sus cinco hijos después de estar casado durante 20 años... y quizás mejor no lo hubiera hecho porque ¡se dio cuenta de que ninguno es hijo de él!
Al recibir semejante noticia, el mostró un semblante completamente abatido en una publicación de Facebook que hizo Henry Shield, quien fue asistente del gobernador del estado de Bauchi, en Nigeria.
“El hombre tiene 57 años, le hizo la prueba de ADN a sus cinco hijos y ninguno de los niños era suyo. Estuvo casado durante 20 años y le están diciendo que ‘sea un hombre’. OK .”, dice el mensaje.
LEA MÁS: Francisco beatificó a Juan Pablo I, ¿por qué aún se cree que lo mató la Iglesia?
Una gran cantidad gente reaccionó con comentarios.
“¿Qué lo impulsó a hacerse el ADN veinte años después del matrimonio? ¿No hay parecido con los niños? Tal vez tenía problemas de fertilidad. Bueno, puede tener hijos a los 57 años. Los otros niños no lo abandonarán”, puso la usuaria Ezii Maya Ihemanma.
Otro de las personas que siguió de cerca el tema, de nombre Osawe Izzi Ogie, dijo: “Son sus hijos, eso nadie se lo puede quitar. La paternidad está más allá de la eyaculación. Si no está en ellos genéticamente, son ellos psicológicamente sus hijos, pero puede quedarse en otro universo, lejos de su esposa infiel”.
LEA MÁS: (Video) Mundo al revés: gato “cazado” por un conejo
Sin tener más precisiones acerca del nombre del damnificado, ni de su esposa, un usuario de nombre Gloria se solidarizó con esta persona: “Esto es desgarrador. Hace casi 20 años que es padre responsable de cinco hijos. Él es el padre de esos niños, independientemente de quién sea su padre biológico. Ser padre es ser responsable. Pero, lo que hizo esa mujer me deja sin palabras”.
Varias personas se metieron en un terreno más íntimo y buscaron determinar el origen del problema: “¿Este hombre era impotente? Aunque la esposa descubriera su impotencia y decidiera seguirle el juego, ¿fue una buena decisión?”.
Son preguntas que quedarán sin responder.