En 2019, Rachel Morton, de Edimburgo en Reino Unido, llevaba una vida saludable, pero recibió un diagnóstico que cambió radicalmente su rutina del día a día. Ante diversas dolencias que presentaba en la boca, tomó la decisión de realizarse diversos exámenes médicos y los profesionales le dieron una noticia que nunca imaginó: tenía cáncer de lengua. Si bien la información la devastó, no fue un obstáculo para salir adelante y demostró ser un claro ejemplo de valentía.
Según consignó la mujer de 21 años en diálogo con el medio Daily Mail, se percató de que tenía úlceras en la lengua en agosto de ese año, poco después de cumplir los 18. Si bien estaba preocupada, aseguró que para esa época era normal que presente este síntoma por el hecho de que pasaba por momentos de estrés en la universidad.
Al cabo de un tiempo, las llagas no terminaban de curarse y por ese motivo fue a visitar a un dentista, quien le recetó antibióticos, analgésicos y una serie de remedios. No obstante, nada parecía ayudar y todo empeoró cuando un lado de la lengua se le deformó. “Pasé por un montón de diferentes médicos y realmente no me atendieron. En un momento un médico me dijo: ‘En realidad, no hay nada más que podamos hacer’”, sostuvo con resignación.
Las úlceras se habían vuelto parte de su vida luego de tenerlas presentes durante un año, pero cada vez se volvían más dolorosas y ya no podía tomar algunos líquidos, como alcohol. A pesar de esto, reafirmó que no estaba inquieta por el tema porque era propensa a tener úlceras.
“Tenía los labios rojos e inflamados, estaba extremadamente cansada y me salía un sarpullido alrededor de la boca, pero lo atribuía al estrés de los exámenes”, aseveró.
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A pesar de que esto era habitual, poco a poco presentó otras dolencias, como infecciones en el oído y sinusitis: “Todo en el lado izquierdo de mi cara y cuello se sentía mal”. Cansada de la situación, visitó a su médico de cabecera para realizar algunos exámenes. “Él estaba investigando si podría tener varios problemas de salud, como hemocromatosis, una afección hereditaria en la que los niveles de hierro en el cuerpo se acumulan lentamente durante muchos años”, recordó.
Pero ningún diagnóstico era claro. Por este motivo, programó una consulta con otro profesional en noviembre de 2020, quien la remitió para hacer una biopsia. “Fue probablemente una de las peores experiencias de todo el asunto, fue absolutamente horrible”, aseguró.
“Estás acostado allí, obviamente te adormecen, pero es el sonido de las tijeras cortando tu lengua porque es un músculo tan fuerte que realmente requirió mucha fuerza“, relató sobre el instante en el que se realizó el procedimiento.
Tras pasar por esta intervención, solo faltaba escuchar el resultado, que la tomó por sorpresa: “A los pocos días el hospital me citó de manera urgente y recibí el golpe devastador de que tenía cáncer de lengua”.
“Fuimos a la habitación del cirujano, y él tenía una caja de pañuelos allí. Hubo todas estas pequeñas señales que me hicieron pensar ‘está bien, sé lo que está pasando ahora’. Él nunca había hablado con alguien tan joven como yo con cáncer de lengua. Dijo que solo trató a personas mayores de 60 años, generalmente hombres, que fumaron y bebieron toda su vida”, manifestó.
Un mes después del desolador diagnóstico, el 18 de enero de 2021, Morton fue al quirófano para someterse a diez cirugías diferentes en una sesión de 16 horas: “Me extirparon dos tercios de la lengua y los ganglios linfáticos. Los cirujanos utilizaron algunos músculos y vasos sanguíneos de mi pierna para reconstruir la lengua”.
Por este motivo, diversas cicatrices le quedaron presentes en el cuerpo. “Primero intentaron quitármelo de la pantorrilla, pero después de que no fue viable, usaron el muslo, por lo que la mayor parte de mi pierna izquierda ya había sido operada”, enumeró.
A su vez, tuvo una traqueotomía y le colocaron una sonda de alimentación en el estómago durante nueve meses. Para marzo del 2021, se sometió a la primera quimioterapia y se atendió con fonoaudiólogos para aprender a hablar nuevamente.
A pesar de todo lo que estaba viviendo, volvió a retomar sus estudios y en junio de 2021 le dijeron que ya estaba libre de la enfermedad.
Tras vivir este escenario envuelto en emociones, aseguró que se siente orgullosa de todo lo que enfrentó. “Ya no suelo usar tanto maquillaje porque no quiero cubrir mis cicatrices y no quiero sentir que tengo que cubrirlas, porque es lo que es”, subrayó.
Por último, sostuvo que se encuentra motivada por haber superado el cáncer y dijo que llevará las marcas con felicidad: “Son parte de mí y lo serán por el resto de mi vida. Muestra cuán resistente, fuerte y poderoso es mi cuerpo, y quiero reflejar eso dentro y hacerme justicia”.