Internacionales

Las fincas del terror en las que se tortura y se mata

Centenares de personas han sido asesinadas y desaparecidas en México

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Según datos oficiales al 14 de agosto, más de 3.000 fosas clandestinas con casi 5.000 cuerpos han sido descubiertas en el país desde 2006.

La pesadilla comenzó a hacerse visible el pasado 3 de mayo, cuando en distintos hechos 17 personas fueron rescatadas de tres fincas de la zona metropolitana de Guadalajara (México), donde permanecían privadas de su libertad y sometidas a tortura.

En una de esas fincas, además, se encontraron los cuerpos de cuatro hombres y desde entonces se han localizado al menos 16 sitios como éstos en los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco, Tonalá, Zapotlanejo, El Salto, Lagos de Moreno, Etzatlán y Tapalpa. Para nombrar estos lugares, las autoridades de Jalisco usan la frase “casas de seguridad”, pero en realidad son sitios de exterminio donde se tortura, asesina y desaparece a personas.

Según datos de la fiscalía estatal, en lo que va de la presente administración –iniciada el 6 de diciembre de 2018– se han localizado 27 fosas clandestinas de las que se han hallado 123 cuerpos; 64 de ellos estaban en 11 fosas cavadas en patios o habitaciones de casas, de donde también se recuperaron 24 restos humanos.

Además, hasta el pasado junio, la fiscalía reportó que se logró liberar a 33 personas que estaban privadas de su libertad en 16 fincas. Aunque el vocero de esta dependencia, Ricardo Franco, asegura que se ha logrado dar con estos sitios gracias a las labores de inteligencia de la fiscalía, en muchas ocasiones se ha reportado que el hallazgo ocurre después de que una o varias de las personas retenidas logran escapar para pedir ayuda.

La gente exige paz, pero esta nada que llega. AFP (ULISES RUIZ/AFP)

El 12 de agosto pasado "H" llamó a la escuela de su hija para preguntar sobre un tema administrativo, la primera respuesta que recibió cuando alguien contestó el teléfono fue: “Aquí no pasó nada, todos estamos bien”; y es que minutos antes, a pocos metros de la escuela se escucharon tiros y la policía del estado allanó una casa en la que había cinco personas muertas, además se rescató a otras cinco que fueron torturadas, una de ellas murió después mientras recibía atención médica.

“Los encontraron porque uno pudo escapar y llegó a pedir ayuda”, recordó "H".

Guadalupe Aguilar, fundadora del colectivo Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej), asegura que estas fincas no son detectadas por el trabajo de inteligencia de la fiscalía, sino por llamadas anónimas que llegan a los colectivos de familias que buscan.

“Ni crean que son inteligentes en la fiscalía estatal ni tienen un grupo de investigaciones; conocen la ubicación de las casas donde han encontrado cuerpos y bolsas por llamadas anónimas que les llegan a los colectivos”, dijo.

Aseguró que al menos eso ocurrió en el caso de una finca localizada en julio en la colonia Santa Cruz de las Huertas, en Tonalá, donde policías federales que patrullaban la zona supuestamente detectaron a un sujeto sospechoso que al verlos ingresó a la finca y escapó por la azotea; ahí se liberó a tres hombres que permanecían privados de su libertad y se localizaron 12 cuerpos y 11 bolsas con restos humanos.

En abril del 2018 tres estudiantes de cine fueron asesinador en Jalisco. (ULISES RUIZ/AFP)

lAutoridades estatales y municipales señalan que estos lugares son resultado de una guerra entre bandas criminales que disputan el control de la venta y producción de drogas. Diferentes funcionarios aseguran que la mayoría de las personas encontradas en estos lugares tienen antecedentes penales, lo que para diversas organizaciones y activistas es una forma de criminalizar a las víctimas y minimizar el problema.

“Se ha advertido desde hace varios meses que al haber una escisión en los grupos delictivos, el que invita a quienes se dedican a la venta de droga lo hace de esta forma, a concentrarse en una casa, a identificar con qué grupo seguirán trabajando y esas son las consecuencias”, señaló en mayo pasado el presidente municipal de Guadalajara, Ismael del Toro, intentando explicar lo que ocurría.

En la colonia El Campanario, en Zapopan, conviven modestas casas habitación con enormes predios ocupados por viveros, empresas, salones de eventos o fincas campestres, es en una de estas últimas donde se ha localizado el mayor número de cuerpos enterrados clandestinamente dentro de una vivienda.

El 7 de mayo pasado en ella se encontraron siete fosas de las que se rescataron 25 cuerpos y varios restos humanos; este hallazgo, junto con las 138 bolsas con restos humanos –de las que hasta ahora se han recuperado 29 cuerpos– localizadas el 3 de septiembre en Zapopan, son las inhumaciones clandestinas más grandes localizadas hasta ahora en la zona metropolitana de Guadalajara.

Colectivos de familiares que buscan a sus desaparecidos, organizaciones civiles y la Universidad de Guadalajara han advertido de una nueva crisis forense en la entidad, pues consideran que la cantidad de cuerpos localizados en lo que va de este año sobrepasa la capacidad del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) para procesar de manera adecuada y digna cada caso.

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