Heredera de la empresa de cosméticos L’Oréal, la francesa Françoise Bettencourt Meyers, de 70 años, se convirtió en la primera mujer en acumular una fortuna de casi $100.000 millones (más de ¢52 mil millones). Según un ranking publicado por Forbes.
Françoise, ejecutiva, filántropa, escritora y pianista, apareció por primera vez en la lista Forbes en 2018, con un patrimonio neto de $42.200 millones, tras la muerte de su madre, Liliane Bettencourt, en 2017.
En abril de este año las acciones de L’Oréal se dispararon después de que la empresa superara las expectativas de ventas del primer trimestre. En ese momento, el precio de las acciones subió más del 5% en un día, lo que llevó a Bettencourt Meyers a alcanzar los $100.000 millones.
Nacida en 1953, Françoise siempre desafió el cliché de la heredera millonaria, aunque estaba destinada a serlo. Discretamente, mantuvo una vida alejada de la prensa y realizó pocas apariciones públicas ante las cámaras, incluso como responsable de la mayor empresa de cosmética del mundo.
La empresaria es miembro del directorio de L’Oréal desde 1997. La empresa opera en 130 países, tiene un portafolio de 35 marcas y sus principales mercados son Estados Unidos, Francia, China, Alemania y Brasil. La ejecutiva triplicó su patrimonio con inversiones que incrementaron el valor de las acciones de la empresa en bolsa.
Sin mansiones ni joyas
La mujer más rica del mundo se caracteriza por su discreción, evitando eventos sociales. Su vida sigue con bajo perfil, dedicando horas diarias al piano y escribiendo libros: un extenso estudio en cinco volúmenes de la Biblia y una genealogía de los dioses griegos.
En una entrevista con la revista Le M, Françoise afirmó que, a pesar de su fortuna, prefiere llevar un estilo de vida más modesto, que incluye vivir en un departamento, en lugar de en una gran mansión. “Soy simplemente una mujer privilegiada”, dice. “Pero como puedes ver, no vivo en una mansión. No somos coleccionistas de pintura y no uso joyas”.
Bettencourt Meyers vive en un edificio moderno, de estilo contemporáneo, de dos plantas y grandes ventanales, relativamente discreto respecto a la antigua mansión donde vivían sus padres y se crio, en el corazón del barrio parisino de Saint James, en la exclusiva ciudad de Neuilly- sur-Sena.
Su fortuna no ha distorsionado sus relaciones personales y ha mantenido amigos desde hace mucho tiempo, entre los que Paris Match menciona a la actriz y soprano francesa Arielle Dombasle, Alain Pompidou y su esposa Claude, sus primos, los Chalendar, o el empresario del sector farmacéutico francés, Jean-Marie Lefebvre. Como dicen los franceses, “Para vivir felices, vivamos escondidos”.
LEA MÁS: Muere la mujer más rica del mundo
A Françoise le gusta viajar (dice que ama Italia y Estados Unidos) y en lugar de esquiar en las elitistas estaciones suizas de Gstaad o Saint-Moritz, prefiere la lujosa, pero tranquila Megève.