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Kenia busca desde ahora el próximo virus mortal

Expertos les hacen pruebas con aplicadores gigantes

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Al animal, como a los humanos, la prueba le parece algo molesta. AFP (TONY KARUMBA/AFP)

En una reserva natural de Kenia, un dromedario refunfuña cuando un veterinario hace girar un hisopo gigante en su fosa nasal. La hacen una prueba PCR para detectar un primo del covid-19, el MERS, que algún día podría causar la próxima pandemia mundial.

Resulta que al dromedario, de 2 metros de alto y 300 kilos de peso, tampoco le gusta que le hagan la prueba del coronavirus.

Gruñe y forcejea. Tres camelleros lo sujetan por el cuello, el hocico y la cola mientras un veterinario con bata azul realiza rápidamente la prueba.

“Tomar una muestra del animal es difícil porque nunca se sabe lo que puede pasar (...) si lo haces mal, puede ser incluso peor porque te puede dar un golpe o morderte”, explica Nelson Kipchirchir, veterinario de la reserva natural de Kapiti.

Hace falta información para entender mejor a los virus que afectan a los dromedarios. AFP (TONY KARUMBA/AFP)

En esta brumosa mañana, uno de los camelleros recibe una patada durante las muestras --nasal y sanguínea-- efectuadas a diez de los 35 dromedarios de Kapiti.

En esta inmensa llanura de 13.000 hectáreas perteneciente al Instituto Internacional de Investigaciones Pecuarias (ILRI), cuya sede mundial está en Nairobi, conviven animales salvajes y rebaños de ganado, dedicados a la investigación.

El Instituto Internacional de Investigaciones comenzó a estudiar los dromedarios de Kenia en 2013, un año después de la aparición de un virus preocupante en Arabia Saudita: el MERS-CoV, el coronavirus causante del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio.

Es fácil que un virus pase de estos grandes animales a las personas. AFP (TONY KARUMBA/AFP)

Con la pandemia de covid-19 el mundo descubre el alcance de las zoonosis (cuando un virus pasa de animales a humanos). Estos virus transmitidos representan el 60% de las enfermedades infecciosas humanas, según la OMS. La lista es amplia: murciélagos, pangolines, monos, aves de corral...

En el caso del MERS-CoV, según la OMS, el virus se transmitió a las personas a través del estrecho contacto con este rumiante (el dromedario), dando lugar a una epidemia que causó cientos de muertos en el mundo entre 2012 y 2015, sobre todo en Arabia Saudita.

El virus causa síntomas similares al covid-19 (fiebre, tos, dificultad para respirar a las personas y un ligero resfriado a los dromedarios) pero es mucho más letal, porque mata a uno de cada tres enfermos.

En Kenia y otros países de África se les aprecia por todo lo que ofrecen. AFP (TONY KARUMBA/AFP)

Perseguido

En Kenia el dromedario tiene mucho éxito. Los consumidores aprecian su leche y su carne y los pastores nómadas de las regiones desérticas están satisfechos con su adaptación al calentamiento global.

"El dromedario es muy importante", afirma Isaac Mohamed, uno de los camelleros de Kapiti.

“En primer lugar, no puede morir en caso de sequía. En segundo, puede aguantar 30 días sin beber”, detalla este hombre delgado originario del extremo norte, en las fronteras de Etiopía y Somalia, unas zonas donde abundan esos animales.

A pesar de que cuenta con unos 3 millones, Kenia todavía no conoce bien a este animal.

En los laboratorios del Instituto Internacional de Investigaciones, en Nairobi, la bióloga Alice Kiyong’a recibe regularmente muestras de dromedarios de distintas regiones de Kenia.

La experta analiza cada una para detectar la presencia del MERS, inicialmente transmitido por el murciélago.

Los dromedarios se mantienen en granjas para estudiarlos. AFP (TONY KARUMBA/AFP)

Una investigación de 2014 reveló la existencia de anticuerpos contra el MERS en el 46% de los dromedarios estudiados, pero solo en el 5% de las personas (de los 111 camelleros y trabajadores de mataderos hubo 6 positivos).

"El MERS que tenemos actualmente en Kenia no se transmite fácilmente a los seres humanos", en comparación con el MERS de Arabia Saudita, más contagioso, concluye.

Sin bola de cristal

Como sucede con el covid-19, aquí los investigadores están obsesionados con la posibilidad de que puedan aparecer variantes que podrían hacer que el MERS de Kenia fuese más contagioso para las personas.

"Es exactamente como con el covid, (...) han aparecido variantes, como por ejemplo la B.1.1.7 (en Inglaterra). Es lo mismo con el MERS: el virus cambia todo el tiempo", subraya Eric Fèvre, especialista en enfermedades infecciosas en el ILRI y en la Universidad de Liverpool (en el Reino Unido).

"Me encantaría tener una bola de cristal y poder decirle si esto será alguna vez extremadamente peligroso para las personas, o si lo será con algunas mutaciones genéticas. Creo que lo importante es mantener un esfuerzo de vigilancia (...) porque de este modo estaremos preparados cuando suceda", añade Fèvre.

Ya pasaron una enfermedad a los humanos en el pasado, podría ocurrir de nuevo. AFP (TONY KARUMBA/AFP)

En 2020, el grupo de expertos de la ONU en biodiversidad (IPBES) advirtió que las pandemias serán más frecuentes y mortales en el futuro debido al mayor contacto entre los animales silvestres, el ganado y las personas por la destrucción del medio ambiente.

"Hay un renovado interés en todo lo que afecta a los virus, las enfermedades zoonóticas, debido al covid", se alegra Eric Fèvre, quien se queja de problemas de financiación.

Esto “nos ayuda a hacer este trabajo tan importante”.

Los investigadores deben tener cuidado con una patada. AFP (TONY KARUMBA/AFP)

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