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Joven de 15 años es alérgica al agua, le quema como si fuera ácido

Abigail Beck está obligada a bañarse pocas veces por semana y a tomar bebidas energizantes o jugos porque el agua también le causa vómitos

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Abigail Beck tiene una enfermedad que padecen muy pocos en el planeta.

El agua tiene múltiples usos y es común oír hablar de sus beneficios.

Cada vez se realizan más campañas para cuidarla y evitar los desperdicios; sin embargo, existen casos excepcionales en lo que este líquido se convierte en algo extremadamente peligroso.

Este es el caso de una joven de 15 años a la cual el solo contacto le produce un reacción alérgica y eso la obliga a buscar alternativas para hacer muchas cosas, entre ellas, hidratarse.

Abigail Beck es de Tucson, una ciudad de Arizona, Estados Unidos y su caso es muy raro. Aseguró que cuando llueve, se baña o su piel entra en contacto con el agua, ella siente como un “ácido” pues la quema. Debido a esto está obligada a bañarse pocas veces por semana y a tomar bebidas energizantes o jugos porque el agua le provoca vómitos.

Abigail no puede bañarse a menudo.

Una dura noticia

Según contó el diario Daily Mail, los síntomas de Abigail aparecieron en 2019 y estaba en plena etapa de crecimiento.

Sin embargo hasta hace poco supo lo que le pasaba. Le diagnosticaron urticaria acuagénica, una condición muy rara que afecta a una cada 200 millones de personas y que provoca una reacción alérgica cuando el agua toca la piel.

“Tomó mucho tiempo que me diagnosticaran. Progresó lentamente y comenzó a empeorar con el tiempo. Cuando llovía me dolía mucho, se sentía como ácido”, contó Abigail.

“Pensé que era normal, así que le pregunté a mi mamá si la lluvia se sentía como ácido y me dijo que no. Hace poco le pregunté si recordaba cuando le dije eso y por qué no pensó que algo estaba mal. Dijo que pensaba que era algo que diría un niño”.

Los últimos tres años fueron de gran sufrimiento para la joven. Al principio pensó que el problema era el agua de su casa o que una crema para la piel le provocó alergia, pero de a poco comenzó a notar que a nadie más le pasaba lo mismo mientras que sus síntomas empeoraban.

“Mis propias lágrimas causan una reacción en la que mi cara se pone roja y me quema mucho. Lloro como una persona normal y me duele. Las lágrimas son una de las peores partes porque cuando lloras, tus lágrimas no deberían quemar tu piel”, remarcó.

Muchas incomodidades

En esta misma línea sostuvo que esta condición maneja su vida: “Si bebo agua, vomito, me duele mucho el pecho y el corazón me empieza a latir muy rápido”.

Durante mucho tiempo, la joven no quiso ir al médico porque temía que la tomaran por “loca”.

Pero el sufrimiento fue tal que este año decidió buscar ayuda y fue entonces cuando le diagnosticaron la urticaria acuagénica.

Le recetaron pastillas de rehidratación y, si en un futuro no mejora, podrían considerar el uso de vías intravenosas. Actualmente solo bebe una pequeña cantidad de agua diaria y toma antihistamínicos y esteroides para combatir las reacciones.

La joven vive una situación que la frustra y le causa temor.

Más allá de lo que pudo avanzar con su tratamiento, siente un profundo miedo de que un día su condición se salga de control y nadie --ni siquiera ella misma-- sepa cómo ayudarla.

“Trato de tener buena energía y se que si algún día me sucede algo, las personas a mi alrededor harán lo mejor que puedan” , señaló.

Lo que más la aterra es la falta de información. A su alrededor hay todo un sistema para ayudarla lo mejor posible en caso de ser necesario.

Ahora, Abigail busca concientizar sobre la dura situación que atraviesa. “Se vuelve realmente frustrante. La gente me pide que explique cómo funciona, pero no puedo decirles por qué sucede porque nadie lo sabe o lo entiende”, sostuvo.

Por último, comentó que ella tuvo que explicarles a sus médicos su condición porque nunca antes se habían enfrentado a ese mal.

“Cuando le digo a la gente que soy alérgico al agua, piensan que es absolutamente ridículo”, concluyó.

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