La tragedia golpeó el barrio neoyorquino del Bronx, donde este domingo 9 de enero murieron 17 personas en un incendio.
Entre las víctimas mortales hay ocho chiquitos y decenas de personas resultaron heridas. Esta es una de las peores tragedias ocasionadas por el fuego en la gran ciudad estadounidense, anunció el alcalde Eric Adams.
La dominicana Dilenny Rodríguez, de 38 años, quien escapó con su hijo de 10 años por la escalera desde el piso 12, contó haber visto escenas desgarradores. “Había muchos niños llorando y gritaban ‘¡ayuda, ayuda, ayuda!’”, contó.
El edifició no tenía salidas de emergencia.
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Otros testigos reportaron haber visto a residentes atrapados pidiendo ayuda desde las ventanas, muchas con los vidrios rotos, durante el incendio causado por un calentador eléctrico portátil en una habitación del segundo piso, según los bomberos.
“Va a ser uno de los peores incendios de nuestra historia. Sabemos que tenemos 19 personas muertas así como varias otras en estado crítico y más de 63 heridos”, dijo el alcalde.
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Adams, un antiguo policía negro que asumió sus funciones el 1 de enero, lamentó la “verdadera tragedia no solo para el Bronx y la ciudad” de nueve millones de habitantes con unas desigualdades extremas entre barrios ricos como Manhattan y el Bronx o Queens; en estos dos últimos viven la clase media y baja y, en particular, a inmigrantes.
Al menos 200 bomberos participaron en la extinción del fuego que se declaró justo después de las 11 a.m. locales en los pisos segundo y tercero del edificio de 19 plantas, según el departamento de bomberos de Nueva York (FDNY).
Muchos atrapados
Según Adams, “muchos” de los residentes del edificio eran musulmanes que habían llegado desde Gambia (África), así como dominicanos y otros centroamericanos, por ejemplo la guatemalteca Marta Sánchez, quien contó que su familia estaba a salvo y bien.
Algunos vecinos narraron haber visto a residentes desesperados haciendo señas, aparentemente atrapados por el fuerte humo que se extendió por todo el interior del edificio, dificultando las labores de los bomberos y la evacuación de los residentes de los 118 apartamentos.
“Era un caos”, contó George King, quien vive en el edificio de al lado. “He vivido aquí quince años y es la primera vez que veo algo así. Vi el humo, mucha gente estaba en pánico. Podías ver que nadie quería saltar del edificio. La gente estaba agitando los brazos desde las ventanas”, detalló.
El comisario del cuerpo de bomberos Dan Nigro informó que el fuego lo había originado un calefactor que estaba en un dormitorio entre el segundo y tercer pisos.
“Se extendió por lo alto del edificio”, dejó “víctimas en cada piso, en las escaleras”, agregó Nigro.
Los heridos fueron trasladados a cinco hospitales y muchos de ellos sufrieron paros cardíacos y respiratorios, informó el diario New York Times.
Decenas de supervivientes, muchos con sus mascotas, aguardaban en un colegio habilitado como refugio, donde la Cruz Roja estadounidense les dio comida y cobijas.
El dominicano Miguel Enrique, quien es asmático, solo tuvo tiempo de tomar su chaqueta y bajar desde el piso 13 en ascensor. “Iba a bajar por la escalera, pero no se veía nada y le di al elevador”, dice junto a su hermano José, en el refugio. Miguel cree que esa decisión le salvó la vida.
Como ellos, todos esperaban ahora el visto bueno de los bomberos para poder volver a dormir a sus casas o recoger medicamentos o ropa de primera necesidad.
Imágenes divulgadas en la cuenta Twitter del FDNY (Bomberos de Nueva York) muestran cómo llamas sobre las cuales había una espesa columna de humo negro surgían de una ventana del segundo piso del edificio de ladrillo.
Este trágico incendio se produjo solo cuatro días después de que otro matara en Filadelfia a 12 personas, entre ellas ocho niños, en una vivienda social de tres plantas, en lo que fue uno de los fuegos recientes más mortíferos de Estados Unidos.
En diciembre de 2017, 13 personas murieron en un incendio en un edificio de apartamentos en el Bronx, el más letal de la ciudad registrado en 25 años.
Nueva York sufre en varios vecindarios de una inmensa crisis de alojamiento. Los edificios viejos y en mal estado son muy comunes.