En su vieja casa de piedra, el “primer vikingo de Bosnia” practica el lanzamiento de hachas rodeado de escudos y espadas.
Se llama Stipe Pleic, pero ahora prefiere que le digan Ragnar Kavurson. Tomó esa decisión después de ver la famosa serie de televisión “Vikingos” que trata sobre las hazañas de los legendarios guerreros nórdicos.
Hace cinco años, este hombre grande, fornido y simpático empezó a fabricar armas inspiradas en las que se cree que usaban los piratas escandinavos --es decir, los vikingos-- cuando asaltaban gran parte de Europa entre los siglos ocho y once.
De regreso a su casa en Tomislavgrad, en el sur de Bosnia, después de diez años trabajando en construcción en Alemania, quedó fascinado con la saga del legendario héroe Ragnar Lothbrok, narrada en la serie de televisión irlandesa-canadiense “Vikingos”, de Michael Hirst.
“Tenía mucho tiempo libre, porque vivo solo, y entonces viendo la serie vi el hacha de Ragnar, me gustó y quise hacer lo mismo”, dice Stipe, de 57 años y que también trabaja como chofer para el gobierno local.
Su aspecto se asemeja al de un vikingo, con el pelo recogido en una trenza, barba blanca, túnica con partes de cuero y brazaletes de guerrero.
Su taller parece un set de cine, con un trono con hachas y reposabrazos cubiertos de piel de zorro.
También tiene escudos de color rojo sangre y banderas suecas y noruegas, junto a grandes afiches de Travis Fimmel y Katheryn Winnick, los actores que en la serie interpretan a Ragnar y a su esposa Lagertha.
Un “drakkar” en el jardín
Stipe se siente ahora tan vikingo que en el jardín de la casa tiene incluso una réplica de un “drakkar”, la embarcación de fondo plano capaz de cruzar océanos que usaban los vikingos y que este hombre utiliza a veces para navegar en el cercano lago de Busko.
“La primera temporada (de la serie) es mi favorita. Primero me gustó la personalidad de Ragnar, pero para ser sincero, también me gusta Lagertha. Me tiene fascinado”, admite con una sonrisa.
En Bosnia, donde la lealtad étnica se considera casi vital, Stipe Pleic, croata de nacimiento, cuyos antepasados católicos llegaron en el siglo XIX, se toma muy en serio su nuevo personaje pagano.
Su nueva identidad está inspirada en Kavurci, el antiguo nombre de su pueblo cerca de Tomislavgrad en la época del Imperio Otomano (1299-1922), un derivado del turco para designar a los infieles.
“Ragnar Kavurson” ha fabricado cientos de hachas, lanzas, arcos, escudos, sillas, todo lo que ve en la serie. Su trabajo es meticuloso y puede tardar semanas en hacer hachas decoradas con motivos de las mitologías nórdicas y eslavas.
La mayoría de las hachas que regala a sus amigos o que vende por entre 25 y 300 euros (entre 17.300 y 214.000) llevan el sello “F”, un guiño a su apodo de la infancia, Flick.
En Alemania ganaba más dinero en un día del que ahora gano en un mes. Pero no estaba contento. Ahora soy feliz”.
— Stipe Pleic
Un pedazo de mí
“Pongo un trozo de mí en cada una de estas hachas”, explica.
Su taller está equipado con gruesos tablones de madera donde cada día lanza sus hachas, solo o con amigos.
“Este deporte es muy popular en Estados Unidos y Canadá. También es una disciplina recomendada por los psiquiatras. Es muy relajante”, dice.
Y no le faltan ideas: quiere organizar el campeonato bosnio de lanzamiento de hachas, construir un poblado vikingo para los turistas y medirse con sus compañeros de todo el mundo que se reúnen cada año en Wolin (Polonia) para celebrar un festival vikingo.
¿Qué es lo que le inspira en estos pueblos del norte de los que se sabe poco? “La vida en armonía con la naturaleza, la libertad”, responde.
“Con esta historia, mi vida ha dado un giro de 180 grados. Mis objetivos son diferentes”, dice. “En Alemania ganaba más dinero en un día del que ahora gano en un mes. Pero no estaba contento. Ahora soy feliz”.