La nueva heroína palestina de 17 años Ahed Tamimi será juzgada a partir del martes por un tribunal militar israelí por abofetear a dos soldados israelíes, en un episodio que los palestinos consideran un reflejo de su batalla de David contra Goliat, pero los israelíes ven como una provocación planificada que tenía por fin hacer quedar mal a sus militares.
El hecho de que Israel esté tratando de aplicar todo el peso de la ley sobre Tamimi, una de unos 300 menores palestinos detenidos en cárceles israelíes, y la sorprendente revelación de un funcionario israelí de que una vez se investigó si el cabello rubio y los ojos azules de la muchacha eran de una familia palestina “verdadera” le agregan interés al caso.
La muchacha de cabello rizado que cumplió 17 años en la cárcel el mes pasado se ha transformado en un nuevo símbolo de la batalla entre palestinos e israelíes para ganarse la opinión pública internacional.
El caso plantea lo que constituye una resistencia legítima al gobierno israelí de millones de palestinos, que ya lleva 51 años, desde la captura de la Margen Occidental, la Franja de Gaza y la parte oriental de Jerusalén en 1967.
Los partidarios de Tamimi ven una niña valiente que golpea a dos soldados israelíes armados frente a su casa en la Margen Occidental en señal de frustración tras enterarse de que soldados israelíes habían herido gravemente a un primo suyo de 15 años, disparándole una bala de goma a la cabeza desde corta distancia durante un enfrentamiento con muchachos que les tiraban piedras.
Años de prisión
Para Israel, Tamimi cometió un delito penal. Fue acusada de agresión y provocación, cargos que podrían conllevar una sentencia a varios años de prisión. El arresto de Tamimi en su casa en medio de la noche en diciembre y sus presentaciones ante los juzgados, acompañada por soldados israelíes y mostrándose imperturbable, evocan otros momentos históricos.
Otra generación de palestinos parece metida en un nuevo ciclo de protestas y detenciones por parte de los israelíes, tres décadas después de que los palestinos montaran su primer alzamiento tirando piedras y quemando neumáticos en las calles.
El padre de Tamimi, Bassem, quien tiró su primera piedra a los 14 años y participó del primer alzamiento, dijo que espera que el tribunal israelí le aplique un duro castigo a su hija y que ella pase cierto tiempo en la cárcel. Su esposa Nariman está siendo juzgada asimismo en conexión con el episodio del 15 de diciembre en Nabi Saleh, donde viven, y está presa junto con su hija.
Desde el 2009 los residentes de Nabi Salah han estado montando protestas contra la ocupación que a menudo terminan con pedradas. Ahed Tamimi participa en esas acciones desde niña y ha tenido varios publicitados enfrentamientos con soldados israelíes. Una foto la muestra cuando tenía 12 años amenazando con el puño a un soldado mucho más grande.
El padre de la muchacha dice que sufre por su detención, pero que espera que de todo esto salga algo positivo. Opina que el apoyo recibido por su hija –más de 1,7 millones de personas firmaron un pedido online para que se la libere– puede marcar el inicio del último capítulo de la ocupación israelí. “Me parece que estamos en un momento clave de nuestra historia, en que lidiamos con nuestros ocupantes y con la colonización de otra manera” , dijo Tamimi padre.
“El costo es alto... pero la generación de Ahed representa lo que será la generación de la libertad”.Bassem Tamimi usa el interés que genera el caso de su hija para recabar apoyo. Dice que ha recibido a cientos de extranjeros en su casa desde el arresto del 19 de diciembre. Su sala de estar está decorada con afiches que dicen “Libertad para Ahed” y con uno de Nariman. Una mañana reciente se reunió con observadores voluntarios de Suiza, Suecia, Colombia, Argentina y Gran Bretaña y les explicó cuál es la lucha palestina.
Se despidieron con abrazos, lágrimas y fotos en Nabi Saleh, una localidad donde viven unos 600 miembros de la familia de Tamimi.
Cuando los visitantes se iban, Bassem Tamimi se entera de que en varias paredes del pueblo aparecieron pintadas amenazantes en hebreo y que algunos adolescentes estaban tratando de cubrirlas.
Corrió hacia la zona y pidió que no tocasen las pintadas, pues las consideró una herramienta importante en la guerra propagandística. Una pintada pedía la pena de muerte para Ahed. Otra decía que “la familia Tamimi no tiene cabida en la Tierra de Israel” . Una tercera dejaba “saludos de la unidad de represalias de las fuerzas de defensa israelíes” .
Los muchachos comenzaron a tirar piedras por sobre una calle que separa a Nabi Saleh del asentamiento israelí de Halamish, construido en parte en tierras expropiadas a los palestinos.
Pronto llegaron soldados israelíes y dispararon granadas paralizantes y balas de goma recubiertas de metal. Empezaba otra batalla.