El gobierno de Nicaragua excarceló el domingo a dos obispos católicos, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, fuerte crítico del presidente Daniel Ortega, a 13 sacerdotes y tres seminaristas, y los envió a Roma, aseguraron medios de prensa y opositores nicaragüenses en el exilio.
Álvarez fue detenido en agosto del 2022 y condenado en febrero pasado a 26 años de prisión.
Entre los excarcelados también está el obispo Isidoro Mora y otros 13 sacerdotes detenidos en diciembre, según el sacerdote Uriel Vallejos, la activista humanitaria Haydée Castillo y medios de prensa, todos en el exilio.
Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, pretenden “dejar sin sacerdotes a Nicaragua. Otro avión lleno de pastores del pueblo al exilio”, escribió en la red social X (antes Twitter) Vallejos, exiliado en Estados Unidos.
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En octubre pasado, otros 12 sacerdotes fueron liberados y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno con el Vaticano.
En Managua, ni el gobierno de Ortega, ni la Policía ni los medios de comunicación oficialistas, se han referido a la información de este domingo.
Medios como el diario La Prensa, El Confidencial y 100%Noticias, que trabajan desde Costa Rica, aseguraron que el avión incluso ya llegó a Roma, lo cual fue confirmado por la Asociación Grupo de Reflexión de Excarcelados Politicos (GREXCR), con sede en San José.
En diciembre, el papa Francisco dijo que seguía “con profunda preocupación” la detención de sacerdotes en Nicaragua.
La relación entre la Iglesia y el gobierno se deterioró después de que Ortega acusara a sacerdotes de apoyar las protestas antigubernamentales del 2018, que consideró un intento de golpe de Estado promovido por Washington y que se saldaron, según la ONU, con más de 300 muertos.