El Ministerio Público panameño informó este jueves el hallazgo de siete cadáveres, de los cuales seis pertenecían a menores de edad, en una fosa cavada en una zona indígena en el Caribe y que habrían sido víctimas de ritos practicados por una secta.
La institución dijo en su cuenta de Twitter que los fallecidos tenían entre uno y 17 años y que estaban junto al cuerpo de una mujer embarazada que era la madre de los menores. Todos eran de la etnia Ngabé buglé, la más numerosa del país.
En la víspera del hallazgo, la policía arrestó a 10 personas y rescató a 14 indígenas de una iglesia donde se desarrollaban los ritos, en un caso inédito que ha conmovido al país centroamericano.
Según las autoridades, los detenidos (que también son indígenas y dijeron pertenecer a la secta “La nueva luz de Dios”) serán llevados entre el viernes y el sábado ante un tribunal en la provincia de Bocas del Toro, donde se registraron los hechos.
Muchos de los rescatados presentaban golpes en el cuerpo y fueron llevados a un hospital.
La llamada Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad “La Luz del mundo” negó en un comunicado que esté vinculada con esos actos.